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NAHIBARU -Dios o mítologia

Capítulo 2 capt 2 Sobresalto en el campamento

Palabras:1798    |    Actualizado en: 24/05/2024

que se desvanece producto de que en ese preciso momento se escuchan afuera los alaridos de los centinelas seguidos por una decena de leñadores que cargan faroles, linternas, antorchas y ar

o esa condenada bestia es astuta, escurridiza y es tan veloz como un jaguar, la vimos alejar

stro agua de un porrón y tras sacudir la cabe

e no era alguna especi

temerosos de ser objetos de burla, el mismo d

o, ni nativo alguno — de repente enmudecen esperando

n el semblante de cada trabajador que tiene delante, y da una rápida ojea

ndarle protección ante lo enigmático, uno de ellos da un paso con el

ya su mensajero camina otra vez entre noso

bre, puesto que muchos tienen conocimiento de las antiguas leyendas y a qué se refiere el c

a apoderarse de las mujeres y

ne que cuidar por mi familia! —exclamó ot

amento, es porque busca nuevas víctimas para llevarlas a su

ante los colmillos de un jaguar o arrastrado al río por un gran caimá

que se extendía como pólvora entre sus empleados, g

es aterradas y no rudos trabajad

os, señor, lo sabemos, ya que

orde de miedo que se ha impregnado en los moradores del

pavor les causa. Descríbanmela, pero qu

as manos y el resto enmudece… Dan

nombre era murmurado por los ancestros. Se dice que es un emisario del dios Yacuruna. Más nunca se supo de do

rondando las tiendas!

ntos siglos sin ser atrapada y continuar merodeand

onerte la carne como si hubiese sido alcanzada por un rayo. Una co

con el rostro endurecido — descríbe

ento yo atraído por los gritos salí de la cabaña con este farol que todavía llevo y pude verlo muy clarito. Esa bestia espantosa a

r la algarabía decidieron investigar qué pasaba. El jefe y su capataz desalojan la cabaña reuniéndolos en la pequeña explanada. Mu

nes, ambos líderes en el centro del grupo ya se

manecer nos dividiremos en partidas para rastrear a la bestia… La cazaremos para que los trabajadores pi

sas. Esa bestia caminó en el pasado durante siglos por todas las selvas sud

nza unos metro

a llevará dos y todas las armas blancas con las que contamos. Si al anochecer no hemos d

los matan y arrojan al río, intenten negociar con su líder para contratar

mite por encima de las demás voces qu

compañías petroleras y de gas, a los leñadores y mineros que irrumpen en sus ancestrales territorios… No

varios se ofrecen para lo so

imentos y ron a sus líderes, si son rechazados, busquen en otra comunidad hasta convencerlos

campamento en dirección a los pantanos, dejando atrás, menos d

aso de la criatura por ellos. Al mediodía se detienen extenuados por el calor y se agrupan bajo unos frondosos árboles... Tras beber agua y llevarse ex

ro, con la otra abanica el sombrero de anchas alas, y entrecierra los o

recha de los tal

vo, las plantas oscilan ligeramente y lo hacen en dirección contraria al escaso viento que llega desde el río negro… Cabral l

y rezos, Cabral miró al empleado Eduardo que a unos p

e es hora de que regresemos al campamen

harse a otros territorios —repuso Bardales, uno de l

ción a otros pantanos, la partida de Caetano h

ciénagas, creo que debemos dejar la persecución para otro día y regresar

y tal vez ni duerman pensando en eso… Las lluvias amenazan con caer, de hacerlo

adores están extenua

ntesta a gritos, buscando con e

llaman Nahibarú! —voltea la cabeza mirando a su alrededor la compostura de los que le rodean y termina ordenando mientras señala a uno de ellos— Bastidas, parte ahora

len las disposiciones del jefe. Unos se dedican a cortar largas ramas a las que le dejan en un extremo dos ramificaciones

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