Ceos corruptos
n no se demo
te prohíba ponerte la misma ropa del día anterior y te mantenga limpiecito y arregladito -dijo en tono burlón-. Y ni se t
ió. Reconociendo que el
ás tratando de sonsacarme, dispara para otro lado. Eres casada, me llevo bien con Alejandro y sabes
ienes aliento a ron. Y de mala nada, las flacas tenemos nuestro encanto y la facilidad de hacer cositas que las gorditas no pueden -refutó a carcajadas,
este, ni dormir la mañana pude.
bueno, anoche me acosté tempr
para tomarme un café que lo necesito -alegó intenta
minara en fuertes aguaceros. Al apearse dos agentes los esperaban manteniendo a distancia a
r bien el antiguo inmueble y Elena, d
n indiferentes a la pregunta y aguardaron porque fuera Marcial quien
mpañita con el sargento, Evelio cabrera para que la retiren de investigación por ser mujer?... ¡No me jodan q
confusión y vergüenza volvieron a voltearse hacia ella, que aunque no se acostumbraba a ser objeto de bur
por respuesta les ordenó que mantuvieran la entrada libre de curiosos. Ahora el más delgado, dándole u
tados apreció cuatro puertas cerradas, tal vez sus moradores se mantenían dentro por orden de los agentes. El pasillo era amplio y de
de la mano y cerró los ojos buscando como siempre aclimatar sus sentidos para lo que estab
Elena nada más detenerse y tocó a su compañero en el hombro
er, cajas con carretes de hilos de todos los colores, perchas con decenas de prendas que colgaban, otras diseminadas por el suelo, terminadas o a medio acabar, cestos con re
raron! -se quejó el único comp
de esperar por ustedes, se llevó a todo el mundo, y me dijo que te encargaras de
voz baja y
ue intercedas en algo cómo lo que sucedió allá afuera. No son malos policías, s
er a estúpidos como ellos -contestó con
se había cambiado la prenda íntima, aunque la camiseta y el par de medias también eran los mismos
hermana -jaraneó dándole una suave cachetada mientras le
hacia detrás, en el cráneo se apreciaba una gran herida, la sangre había dejado un rastro hasta debajo de las perchas donde posiblemente recibiera el c
ritual? -preguntó Elena, inc
al -le contestó el de bat
tos a su alrededor, abrió las cuatro gavetas del mueble para comprobar su interior, recorrió toda la vivienda, se agachó en varias ocas
a o tocó algo antes de qu
do a cargo en la puerta para que nadie ingresara, cu
vecina? ¿Le tomaron declar
están presentes... tengo entendido que de los que habitan el edificio solo uno salió a pescar antier y
bastante trabajo pasan para cogerlo», pensó Marci
entrevistarla, a lo mejor recuerda algún d
ás calmada y ser de más ayuda -
lir por la puerta del edific
an que utilizaste tu influencia con el mayor para que te la asignara porque te gusta y sabes que de flaca no tiene nada... claro yo no
a años intentando acabar con todos esos problemas y todavía hay quien no entiende que las mujeres tienen tanto derecho co
porque ya una vez te
recoger un botón del piso, lo observó por varios segundos comparándolo con el
están llenas de ellos, a lo mejor alguno coincide con el que necesitas. D
mpañeros se llevó algo de la escena para analizar
el marido de la bodeguera. Ni ella ni
untó Marcial dirigiéndose a las ropas que colgaban
ar su maletín, encendió
esos alfileres, buscaba alguna información en poder de
conocía y... -fue inte
directamente, aunque sí a un homicida involuntario. Claro que para mí uno
da al agresor allí bajo las perchas; después este le arrastró y amarró a la silla donde comenzó a torturarlo. Otra cosa que me choca son esas dos botellas de aguardiente, percibí que la víctima no tenía olo
ndo estás en el caso! Debiera esperar el cuerpo en la mor
ce y en lo otro entras tú -contestó dándole una palmada en el hombro-. Vamos, argu
ole una larga succión; solía hacerlo par