Hasta que el divorcio nos separe
:
o con sus duros y no deseados rayos, gemí mientras abría mis ojos con
abajo y por el rastrojo de mi barba, me sentía c
e nuevo, así que busqué con mi mano, a través de las sábanas en la cama qu
...
se habí
ser una ma
que estuve dentro de ella y las veces que la hice llegar al climax, no me hab
ridículo por actu
io
onios estab
o mis pertenencias, tendría que pasar por el departamento a toda prisa para estar l
o sólo desordenó mi cama,
dos, llegué a mi edificio. Saludé con un gesto a las recepcionistas y me fui directo al ascen
Señor. ¿Puedo a
a de humor para las cortesías. - ¿Hay
on. - Tomó una caj
año y la medalla "Andrew Callaghan" aunque anoche abandonó la sa
ez de la mañana, fue reprograma
. ¿Eso es todo? -
par de veces, dice que es un asunto urg
ara que querrá buscarme. Pero no es un buen dia
rielle, estaba firmando un nuevo contrato para una película, aparecer en un programa de televisión o p
a de lidiar con el dolor por la perdida de nuestros padres o simplemente no se sentía a gusto con tenerme a su lado. Lo cierto
timo era una indi
evé la caja por el pasillo hasta mí despacho, luego la d
manera de no
o en la ventana, había heredado los ojos
melliza y tener un evidente parecido, tien
cudí mi cabeza y dejé de pensar en el "pasado" para
*
..
unicador en mi escritorio para finalizar una ll
na de mis manos, el sábado se perfilaba có
l principio, pues mi tío había estado perdiendo terreno mientras se retiró a viajar por el mundo y gastar su dinero
do codicioso, el sabía lo que significaba para mí esa propiedad. Yo estaba dispuest
, pero ya no le tenía miedo, incluso podía aplastarlo cómo un g
ento de cortar lazos con aquel viejo hotel
dor zumbó y prác
a me tenga una buena r
orté en e
ncenzo Ritter está aquí
ra. - Me quejé, sabía cuál
gar cuándo se me
a pausa. - Y, llama a mi agente inmobiliario, voy a rea
lice todos los tr
e consiga un trato
la conversación, luego envié el enlace
zo entró a mi oficina c
or fin me hiciste caso. - Le dí una mirada inexpr
olo nos veíamos en reuniones o juntas de trabajo. - Se
nto de verme hoy.
ontento
de su maletín y lo desliz
e tu tío. - Pasé las
vistazo lue
or aceptar mi conse
las cosas se dieron y ya
sabes que si
go Lyon, un clavo saca otro clavo, viejo
ra hablar de tu vida o para en
ra esa mujer de anoche, todos estuvieron ha
nico que sé. Tenía la esperanza que a
respondí y en su rostro comenzó a formarse una sonrisa. - No...
sa mujer m
go más que piel... - Dije con sinceridad. - C
ratando de expres
tanto habías esperado y tu alma gemela. - Me interrumpió Vincenzo,
para que te cuento las
eres el imbécil
qué te enamorarás en una n
od
sea. Igual no volveré a verla. - Centré mi atenció
oy tu amigo, no tie
entas bien, se que ha
re tí últimamente. - Arqueé un ceja, esperando una explicación. - Todo
paredes. - No dije nada porque el cabrón tenía razón, cuánto más podría arriesgar por conseguir es
os chicos, cómo en los v
jen de andar en chismes y se concentren e
puede resultar ser amable cont
or este psicoanálisis que no te pedí o
Ya me voy. -Tomó su maletí
gando a la puerta. - El próximo doming
e tus antiguas ex novias. - Bromeé y el sacó su
ta de mi despacho fue ab
te al darme cuenta dé que no era Vincenzo
sala de juntas de inmediato. «Se califica como una eme
la sala de juntas, pero a
e sea algo impo
rofunda detrás de mí,
e lo mucho que lamento ser po
game, tiene tod
brielle, mi nombre es Matt Dust
cendio terrible en la resid
ha fa
Con manos temblorosas saqué mi móvil y comencé a tec
arecieron en lista, no pu
salir del incendio pero tenía el 95% de quem
u esposo me pidieron contacta
ra sabía que ell
me trataba con mi hermana, teníamos má
ntos que su hermana dejó, para proceder con el funeral de ambos cuerpos. - Me entreg
lo abriría cuándo estuviese a solas, no quería darle m
ana habí
do para finiquitar el proceso de su herencia y entrega
a parientes? - Baj
sintiendo un dolor familiar en el pe
Lyon.. - El hombre y Bárba
é, no? -
segunda puerta y una mujer j
ios, que no sea lo
Stanford Humbol
ía iba mal ahora creo que
a? ¿Es e
s que me haces esto... - E
o, pero ¿una hija? có
zaban a subir p
ña, quién parecía un poco confundida pero luego de verme me sostuvo
ales a los míos, solo que en el centro te
or? - Preguntó la mujer inclin
aún con su mir
ive en el corazon de