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Frederick Becker

Capítulo 2 Recordando el pasado.

Palabras:1593    |    Actualizado en: 30/08/2024

der

e 4

en mi pecho, no sé si era miedo a terminar de perderla o era

jarme en su mirada y la forma en que ambos se veían. Definitivamente, son el uno para el otro y mi amor por ella seguirá viviendo en lo más profundo de mi co

o mío, a la tercera va la vencida". Por ahora solo me voy a dedicar a cuidar a mi familia y si el destin

uien nos va guiando haciendo un camino con pétalos de rosas. Al llegar al final le hago entrega a

yo no lo pude hacer. -digo estas palabr

, la amaré más que a mi vida. -espeta m

ños tesoros quienes aplauden y sonríen iluminando mi ser. Con tan solo 11 meses son la locura y felicidad

ovios. Nos unimos para tomar una gran foto familiar. Todos estamo

a su manera -coloca su mano sobre mi hombro-. Para muest

frente-. Les deseo la mayor felicidad del mundo, sé que s

para cada uno de nosotros. Dentro de eso también compartimos las anécdotas del nacimiento de

que fue de la manera poco convencional. Mi madre al principio di

pciones de nombres para colocarles a las niñas. Pues se hicieron papelitos con cada nombre y los metimos en una bolsa, la ma

enda

starlos. Las primeras son las mellizas, mi madre se queda con ellas en su habitación

ones igual que su abuelo y su padre. Cuando termina de cambiarse se para frente a un estante de madera en donde tiene infinidad de cuentos. Me causa risa verlo con la man

s a leer -lo alzo en brazos como me ha pedido-.

tarín lo bajo y va hasta su cama metiéndose entre las sáb

intió diciéndole que su hija sabía hilar con tanta astucia que era capaz de convertir la paja en oro. El Rey sorpr

la llevó a una habitación llena de paja donde le ordenó convertir todo en oro, disponien

ó dormido en un abrir y cerrar de ojos, niego con la cabeza de solo pensar lo qu

sobre su mesa de noche, sé que mañana hay qu

isa se dibuja en mi rostro al ver a mis pequeños angelitos durmiendo en sus cunas. L

a, de lo contrario la ortodo

os y disfrutamos hasta casi el amanecer. Los invitados se fueron ret

disfrutar de una luna de miel bien merecida en Egipto. A Yara siempre le causó curiosidad cono

ien la llevará, por eso d

egarse, el gasto ya está hecho, al igual que las

sus respectivas habitaciones para descansar, por

*

rse al mundo y desde las 5:00 de la mañana comenzaron a llorar. Eso hizo que todo

amos de los pequeños, los ayudamos a cepillarse los dientes y a vestirlos. Bajamo

no quería aceptarlo. Eso nos costó un disgusto a todos y casi se daña el desayuno, su excusa fue que no era

más tendría la oportunidad de conocer ese lugar que tanto anhelaba. Finalmente, aceptó y después de terminar de

llegó la hora de abordar Yara estaba hecha un mar de lágrimas, era la p

s lágrimas, ya se encuentran abordando e

acer -dice mi madre señalando a los pequeños-. Pero

a abrazo con todo el amor del mundo-. So

cionamiento para subir al auto y regresar a casa. En el camino veo por el espejo retrovisor a mis

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