Casada con el monstruo
ón tras llamar y no obtener respuesta de mi parte-. ¿Señor
pués de que Adeline abriera las cortinas. Me enderecé, notando de inmediato que aún llevaba puesta la misma
pregunté a mi sirvienta mientras m
s mañanas, tardes y noches -me recordó, y pus
en compañía de miembros de su familia, a veces solos. Me sentía muy unida a él, como una pareja enamorada que compartía todo tipo de momentos,
dije, mis pies pisando el
funcione. Lo amo, y aunque desconozco el motivo de su cambio, lo ave
a mí un vestido color magenta, sencillo, con mangas y estampado
anto curiosa, ya que solo yo decid
espondió, torciendo el gesto-. No sé si
la asintió-. Está bien, no impor
e gusta ese aroma, y me ha mencionado varias veces que lo encuentra cautivador. Aquí en el castillo, es normal qu
to, ajustándose hermosamente a mi cuerpo, realzando la belleza de mi
atravesar una puerta gigante de madera donde pude divisar cuadros de pinturas antiguas, can
n esperándome, sino que también lo acompañaban tres hombres más. Pude deducir que era
viendo a un fantasma. Benjamin frunció el ceño y apretó la m
o en la silla vacía al lado de mi es
testó Benjamin un tanto incómodo-. Mi abuelo quiso
amable conmigo, y en este momento me está mirando con una sonrisa cálida en los labios. El señor James, abuelo de mi esposo, vive aquí en el castillo, pero rara vez sale de su habitac
ojos dorados, como todos los de esta familia. Aún es joven, tiene unos treinta y dos años aproximadamente. Me e
Charles, mi suegro, rompió el silencio y
monio perfecto porque Benjamin así lo dio a entender, pero no lo es. ¿Cómo le di
as por su preocupación -resp
a entre su hijo y yo-. Quiero ver un
molestia reunida en sus iris. Era como si es
ía-dijo con mordacidad-. Abst
e aliviar la tensión en el ambiente-. Q
da aún seguía fija en su padr
er una luna de miel, pero nada de eso ocurrió. Ni siquiera se mencionó nada sobre nosotros dos. Richard me estuvo mirando todo el tiempo, y el señor James no levantaba la mirada de su comid
vado a su habitación por una de las sirvientas. Me quedé sola, sintiéndome como un objeto más en este gran salón. Tenía la intención de hablar con B
como ella no dur
ar de la señora Worsley? Alg
mente ocultó su enojo porque estaban su padre,
siquiera la ha mirado desd
a una campesina. Ni siquiera yo est
r la cocina intentando ayudar o distraerme mientras mi esposo terminaba de hablar con su tío, nunca habría sabido cuánto me odian las sirvienta
ntemplando el vestido que llevaba puesto. ¿Qué tiene de malo y por qué Benjamin se enojaría por esto? Adeline fue quien me lo dio a
O tal vez creí en lo que Benjamin me mostraba. Estoy sola, nadie aquí es de confianza, nadie está de
ios sucede