EL CALOR DE SU PIEL
o me quita los ojos de encima y me sigue con la mi
e está Alexander. Prende lo
por su lado, pero la muy
á desesperada, ¿qué hago? No puedo
le digo, y luego la
rlo? ¿No llamará a las autori
expresión que pone, parece que no fue nada bueno. Retroc
cupada por mi amiga. No fue mi
gente, es tan poco sensata que seguramente sería capaz de seguirme
ación. Que tenga por seguro que lo encontraré. Toda esa energía suya
de pronto, sale de mi oficina de la mism
e la puerta, posiblemente extrañado po
igo, salien
∗ ⋅◈⋅
mpo, pues el vehículo alcanzó a frenar antes de ingresar al deprimido; allí habrían sido un blanco fácil para acabar todo rápido. Las motos llegaron primero, ya que es más fáci
i primo ha recibido varios impactos de bala en el pecho, pero sigue con vida. Llegamos a tiempo antes de que lo remataran.
r a los pocos heridos y, obviamente, a mi primo, que se encuentra inconsciente. Tengo rabia conmigo mismo. Se supone que yo debía cuidarlo; no debí confi
e interrogarlo -le digo, señalando al desgraciado que está he
o que las autoridades investiguen un atentado fallido contra
cuya mirada escapa e
su esposa. No sobrevivió ninguno de los atacantes, así que nadie fuera de nosotros s
o entiendo por qué. Intento esperar la ambulancia, pero demoran más de lo que creí, así que, sin paciencia, meto a Alexander en la parte de atrás de mi vehículo y arranc
vo casi a rastras a dos camilleros, quienes, al percatarse del estado de
nder es que deben llevarlo de inmediato a cirugía, pues al parecer una de las balas lo rozó. Trato de seguirlos, pero dos auxiliares me frenan y me piden llenar los
datos del paciente
te, este momento es crucial t
or de este lugar -digo, decidido a o
te; no tenemos tiempo para eso -ins
la salud de mi primo, pero esto es mucho más grande que eso,
r con el direct
︿︿
terminar el trabajo si no me ayudaba a ocultar la identidad de mi primo, el hombre fue muy cooperativo. A partir
convencerme de que esta mujer, salida de la nada, de verdad está con mi primo por amor y no por alguna extraña treta. Voy saliendo por urgencias cuando veo que el lugar parece más el purgatori
! -grita una voz f
cuentro con un sujeto que es mante
bueno; será rápido, lo prometo
o lo sé. Ella debe volver a acomodar el hueso en su sitio. Miro con curiosidad
ala, pero ella cumplió su palabra; eso fue rápido, y sin perder más tiemp
amos a ver a un hombre joven, de unos veinticuatro o veinticinco año
, quién sabe de dónde, una navaja y trata ahora de salir de aquí, pero hay un guardia d
nderte y después resuelven sus pr
lo están sus otros dos compañeros médicos, ambos hombres. Tal ve
ento a dos uniformados, quienes aparentemente eran los enc
e mueres aquí -mascull
quitarle la navaja, y un segundo después S
efecto rápido -afirma mientras le i
racter fuerte, me ag
pregunta mientras sigo presio
que es tonto mentirle, es más, ella p
sufrir un atentada