El hijo secreto del billonario
dió una copa de coñac y la bebió de un solo trago. No le importaba si todavía llevaba puesto su vestido de novia o
ado con un hombre del que solo conocía el nombre. Aunque no sabía nada de sus orígenes, estaba emocionada. Benjamín era un
ndo le llegó la noticia de que el novio no vendría. A sus veintidós años, vio cómo sus sueños de formar una familia
eó tener la oportunidad de conocer a Benjamín y hacerlo pagar por la deshonra que le había causado. Pero ahora era demasi
na voz masculina sonó en sus oídos, haciendo que Antonella rodara los ojos. L
esponderle con arrogancia, pero tuvo que tragarse sus palabras. Su mirada era profunda, capaz de desnudar su alma
-tragó saliva, sonriendo tímidamente-. Hoy era mi boda,
perdió en sus rasgos. Era fuerte, y ella podía notar sus músculos a través de la camisa blanca d
s palabras la devolv
Pensándolo bien, fue una bendición no haberme casado con ese hombre. Imagí
s. Pidió al camarero una botella de agua, lo
mientras abría la botella y
mbre sin rostro? Y que, aunque jamás lo vi en toda mi vida, estoy sufriendo porque me abandon
tural. Sus ojos grises contrastaban con su piel delicada y las pecas de su rostro. Sus labios carno
izar tus pensamientos -Antonella observó cómo el hombre se acercaba a ell
entusiasmada, con la idea de esta
Tambaleó hacia un lado, y el hombre la sostuvo por la cintura. Su toque era firme y su perfume, sed
ocura, pero estaba borracha, y esa idea ni siquiera cruzó por su mente. Simplemente, se d
a, pero no le dio importancia. Cuando despertó a la mañana siguiente, estaba
ble, cuando su celular vibró. Miró la pantalla y reconoció la llamada. Contestó,
desde un altavoz-. Tu madre ya ha llamado a mi cas
-. Solo ven a buscarme al hotel que está a la entr
? -preguntó Dominique, c
ijo, recordando algo más-. Y por favor, trae
s zapatos, pero no los encontró por ningún lado. Sin mucha paciencia, salió del hotel vestida de novia y descalza. Llevaba
993 estacionó. Antonella subió al coche
s en blanco inmediatamente, mientras pensamientos
donara en el altar? -Dominique tenía una expresión de horror en el
ombre cuyo nombre ni siquiera sabes? -Antonel
tras se masajeaba la cabeza, que no dejaba de doler-. Al menos vi el rostr
llegado cuando fue fulminada por las miradas de desaprobación