La sustituta consentida del multimillonario
a, que tenía una serie de altos sicomoros a cada la
sa en medio de la oscuridad, par
sentado en el sofá de la sala de estar. Se inclinó y sal
ún me consideras tu padre, será mejor que te busques una esposa que cuide de Candy como lo haría su
s años, Kristian había estado encima de él para que saliera con a
res que me has presentado. Todas son iguales a mis ojos. Pero no es lo mismo para Candy.
rabia:"¿Crees que nací ayer? Mírame a los ojos. Sé que estás usando a C
ra mano en el bolsillo, respondió:" Padre, ya que no t
ente
uedes engañarme? ¡Sé que su madre no está muerta! ¿Qué crees que estás haciendo al criar a una niña tú solo? ¡Ni siquiera tienes una mujer a tu lado! Es solo cuestión de tiempo antes de que
ue tenía delante, los ojos afil
ré una mujer a casa ante
jo Kristian con frialdad, señalando
ña tierna y encantadora estaba sentada en la cama con un libro de ilustraciones para niños en sus pequeñas manos. Con so
l libro a un lado, levantó la cobija amarilla de Snoopy y saltó de la cama descalza. Preocu
tes blancos. Luego dijo con ternura:"Papi, te estaba esperando.
cupado en el trabajo para ganar más dinero y comprarte toda la comida, los c
e. ¿Puedes jugar conmigo todos los días en su lugar? Los niños de mi kínder siempre van
y le dijo en voz baja:"La comida es buena para ti. Si no comes, ¿cómo vas a hacerte más alta? Cariño
rraron mientras sonreía radiante. Le dio un abrazo
izmente. Se inclinó un poco hacia atrás, levant
que con el de ella. "¡Promesa de meñique! Que me co
hacia abajo, revelando un moretón rojo en su brazo. Matthew le agarró la
chero. "Los niños del colegio siempre se ríen de mí porque mis padres no me llevan todos los
te las cejas. "¿Así que
untó con mal humor:" Papi, ¿mi mamá está realm
an caluroso que un niño no podría sobrevivir allí. Sabía que tenía que crecer antes de pode
Matthew. Tomó la mano de su hija y la miró a lo
s con nuestro papá y nuestra mamá. No sé cómo es mamá, así que solo te dibujé a ti tomándome de la mano. La m
ojos llorosos de su hija, recordó los ojos rojos de aquella mujer que coq
rró del cuello y lo sacudió con todas sus fuerzas. "Papi, ¿me
é decir, así que solo miró su reloj, la llevó a la cama y la arropó. Le acarició el cabell
o y, mirándolo, dijo con seriedad:" Es una prom
a besó en la frente."
pondió ella, guiñándole un
ó en silencio del cuarto de su hija
que puedas encontrar sobre esa ma
er con la que se acostó hace más de tres años. Todo se había mantenido en secreto y nunca se había mencionado du
nos a la obra", respondió Bruc