La esposa pesada que redefinió la belleza
l, ¿por qué gritas de esa mane
la garganta de Elías mientras le l
balbuceó
blanco, molesta. No podía
strajo, sintió una fuerza
", gr
El
nte el momento adecuado. En un instante, la sometió, le arrebató el cuch
jugando sucio!"
ita, no era rival p
sospecha, entrecerrando los oj
ijamente a la mujer gordita que tenía delante, no mostró amabilidad y la ri
l cuchillo a Felipe y terminar la ri
agar de nuevo, actuando de forma patética. "¡Elías, eres ta
luso asistir a la reunión de licitación de hoy había sido encajado en su agenda ya apretada. No tenía pacien
rcadas. Su rostro se había puesto pálido y duro, y sus ojos afilados y ame
ento áspero en la piel. Su cuerpo estaba tenso,
ojaron, y la audacia que había mostrado antes se esfumó, dejándola con un aspecto
hacerme ahora? ¡No te tengo miedo! Hagas
a ya había alcanzado su límite. Parecía un volcán a punto de entrar en erupción en cua
alizado de inmediato,
ntos importados habían podido controlar. Sin embargo, el aroma natural de esa mujer funcionó
alzándose sobre ella una vez más. Su voz era baja y
ordenó que se suspendiera
u asistente, quien com
or los guardias de seguridad, escoltó
*
, pero, para su sorpresa, el asistente l
cinco minuto
de reuniones. Frente a ella, que estaba atada con fuerza con una cuerda y visiblemente i
ó la orden silenciosa de inmediato. En medio del caos, ya se h
a la joven, dejando al descubierto
que pudiera hablar, Adelina soltó, ya rebosante de emoción:"Señor Lewis, sabía que usted
lentamente e incluso salpicando un poco los zapatos puli
n pañuelo y se agachó para li
pasar al asistente y añadió:"¿Era realmente necesario? Bueno, su jef
tarlo más. Exhaló y
ombros de Adelina temblaran, o
er en tus juegos. Dime s
un joven director ejecutivo hecho a sí mismo que había
ente impr
ojos firmes y la autoridad en cada gesto, Adelina
a menos que supiera que quiero al
la joven. Solo la estaba poniendo a prueba, mientras trataba de av
va y lanzó una mir
o sin rodeos:"Es de mi confianza. No hay nec
me acercado a usted de esta manera. Sé que, aunque nuestras familias tienen un estatus similar, nunca hemos sido cercanos. Mi reputación es terri
ar, sacó un documento
ado escondiendo con cuid
co nombre que me queda, no por mí, sino por el f
futu
right y el
el hombre enarcó un
escuchado un chiste ridículo. "El Grupo Wright y el Grupo Lewis siempre se han man