Las cenizas de mi madre, mi furia desatada
e vista
o de mármol del vestíbulo del hotel, el frío impacto despejó mi cabe
orr
video borroso, demasiado oscuro para distinguir detalles, pero los sonidos eran inconfundibles. Una pareja, íntimamente entre
e conectando con mi costado. Un dolor abrasador me
is codos, mi mejilla palpitando, el sabo
rostro una máscara de furia, su mano aún levantada después de golpearme. Mi cabeza se echó hacia atrás, g
chilló Jimena, s
nauseabundo. Un jadeo escapó de mis labios, p
uinarme! ¡Intent
del dolor superficial de las patadas, una agonía profunda y retorcida que me
tó María, nuestra empleada, desde algún
placida, se estremeció. Sus ojos se abrieron ligeramente. Dio un paso vacilante haci
alta. "¡Siempre es tan dramática con eso! Probablemente le acaba de bajar, y ahora está tr
grimas de Jimena. Me miró de nuevo, luego desvió la vista. El destello de culpa se desvaneci
línea", murmuró, su voz tensa. "Pero
lo. La sostuvo contra su muñeca, su mano temblando teatralmente. "¡Arruinó todo! ¡Mi reputación! ¡Mi fu
elevándose a u
encontrarte en la otra vida, Daniel! ¡En
mo el rostro de Daniel se suavizaba. Idiota.
sino un chillido de dolor. Una delgada línea de sangre apareció en su muñeca. No se había c
en sus brazos. Me fulminó con la mirada, sus ojos ardien
otar que me había pateado de nuevo. No miró hacia atrás. Simplemente levant
sta el último rastro!", tronó, su voz resonando e
y venenosos, s
esto. Paga
máticamente en sus brazos, dejándome san
a. El dolor era insoportable ahora, un fuego co
io, negó con la cabeza,
ofía. El señor Rivas dijo
, mostraba su número. Timbre. Timbre. Ocupado. Intenté d
vez. Sonó una, dos veces, lueg
nsificó, un agarre sofocante. Mi cabeza se inclinó hacia un lado. Podía escuchar los susurros frenéticos
e brazos fuertes levantarme. Un olor familiar, no la loción de Daniel, sino algo t
se había atrevido a exponer su fachada cuidadosamente construida. Su teléfono vibró, un mensaje rápido de su jefe de seguridad. "Señor, el video en línea ha s
s entrañas. Sofía. Tenía que est
fondos para el tratamient
con voz nítida. "El hospital confirmó que
n. Así que, estaba tratando de chantajearlo.
uevo. Era su secretar
acciones de su empresa se están d
avía sollozaba dramáticamente en el asiento del pasajero. Su mundo,