Las cenizas de mi madre, mi furia desatada
e vista
ntían pesados, pegados. Cuando finalmente los abrí a la fuerza, lo primero que vi fue a Daniel. Estaba s
iempo -arrepentimiento, quizás- cruzó su rostro.
u voz ronca, cruda.
no, pero mi cuerpo se
audible. "Se... se ha ido. Los
lmones. ¿Bebé? ¿Mi bebé? Ni siquiera lo sabía. Una ola de náuseas, fría y d
salían lágrimas. Mi cue
a mirada fija en el linóleo del hospital. "Vamos a criar a
una furia primitiva, me recorrió. Aparté mi m
diji
urro roto, cargad
, negándose a mi
está embarazada. Vam
no me
l segund
ero. Está... gravemente dañado. Ya no
una verdad brutal e innegable. Mi cuerpo comenzó a temblar incontrolablemente, un temblor que se originó en lo más profundo de mis huesos y me sa
, indefenso, vié
fono sonó, un trino discordan
rtamudeó, sacándolo. "Rea
umpí, mi
et
mo de rosas marchitas
Tan pronto como p
sos apresurados reso
Entró contoneándose, una sonrisa triunfante en su ro
llando con una alegría maliciosa. "Daniel acaba de comp
asticando lenta y
ibles flores que tenías
o, ahora arrojado sin cerem
bé se veía tan perfecto. Tan pequeño. No como... bueno, no como lo que sea que tú llevabas. Dani
eran una serpiente venenosa, enr
Ese órgano inútil tuyo? El doctor dijo que estaba completamente arruinado. Tan arruinado, que tuvieron que quitarlo. ¡Pero buena
r una rabia tan feroz, tan primitiva, que me sorprendió incluso a mí. E