Demasiado tarde para tu gran remordimiento
vista d
, algunos de los cuales claramente habían estado esperando más tie
rsonas simplemente rec
rta, gruesa e insonorizada, era una barrera, no solo para el ruido exterior, sino para la realidad de su flagrante
mente, mientras su becaria, Karla, entraba sin cita. Su mundo giraba en torno a ella, no a mí. Yo solo era una reliquia d
nado, el crujido de los periódicos, las conversaciones en voz baja, todo me crispaba los nervios. Las quejas de
unfante jugando en sus labios. Sus ojos se encontraron con los míos a través de la habitación, y por un segundo fugaz, su sonrisa se ensa
por una fracción de segundo, vi un destello de sorpresa, quizás incluso un toque de incomodida
imiento. Miró más allá de mí, más allá de los otros clientes
Simplemente giró, y la pesada puerta se cerró de
zó a apagar las luces, anunciando la hora de cierre. Los otros clie
errarse, los vi. Gerardo y Karla, caminando lado a lado, sus hombros casi tocándose. Karla se reía, un son
é, mi voz crud
ó a su lado, su mano deslizándose sutilmente de su b
te de opinión sobre los papeles? ¿Ya te estás arrepintiendo? -Sonrió con suficiencia,
is dedos se cerraron alrededor de su bíceps,
drea. Mi hermana. Ella... fue agredida. Por su jefe, Kevin Bauer. E
z se
Está destrozada. Por favor. Eres el me