Mi paz más allá de su arrepentimiento
/0/21512/coverbig.jpg?v=20251212154153&imageMogr2/format/webp)
tóxico, Brandon, en lugar de nuestra relación. Ignoró mi ultim
or como ofrenda de paz. Pero mientras él estaba de fiesta, yo estaba
e había gustado una publicación de Brandon en
don, llamándome "dramática" y "encimosa", sin la menor
rostro pasando del shock a la furia al ver sus p
nte a los ojos, m
que, ¿estas cajas van a t
ítu
e sordo en mis oídos. Era él, por supuesto. Damián. Apenas una semana desde que eligió un viaje a Cancún con Brandon en lu
a simple, cas
. ¿Adivina quién tien
garganta. Siempre creyó que podía arreglar las cosas con una bara
admirado en un aparador de Antara hacía meses. Recuerdo habérselo señalado, insinuando que lo quería para mi cumpleaños, el
ntó de nuevo. Y otra vez. Finalmente, una notificación d
de irritación. Sonaba cansado, quizás crudo, pero definitivamente molesto-. ¿D
nocía demasiado bien. Era su forma de in
etamente hueco-. Ese bolso que querías. El caro. ¿Ves? Pienso en ti. Estoy esperando afuera. Brandon está
ón. Ni siquiera se había molestado en terminar el mensaje correct
pila de libros que nunca leyó. Todo empacado en cajas, etiquetado meticulosamente. Mis manos se habían movido con una precisión metódi
espués de una tormenta, cuando el daño está hecho pero el aire se siente claro, respirable de n
tacto y le envié la captura. Debajo
ad crees que con
no. Probablemente seguía afuera, esperando que yo ba
Damián, t
lo para que
cajas, sacando un rollo de cinta canela. Todavía quedaban algunas cosas e
ratados. La suave luz de las lámparas del departamento parpadeó, iluminando las motas de polvo que da
desde la calle. Dos voces familiares. Una, profunda y resonante: Damián. La otra,
llegó claramente, cargada de una burla familiar-. Se va a der
ue antes me reconfortaba pero
de dramática. Se pone así. N
os hombros de Damián, atrayéndolo en un abrazo. Damián se recargó en él, con la cabeza echada h
en tono de conspiración, pero aún lo suficientemente alto como para hacer eco-. Ya sa
con la cabeza. Le dio a Br
aprender a relajarse. Ya sabes, darme
bía visto innumerables veces, siempre con un nudo de pavor apretándose en mi estómago. En el pasado, me habría encogido, herida, preguntándome qué e
che. Esta noche
apó de mis labios, un pequeño carraspeo, u
rme, cortando su risa fácil
las ventanas de nuestro departamento. Ni siquiera se habían dado cue
aron en las cajas cuidadosamente apiladas junto a la ventana de la sala. Su mandíbula cayó. Su rostro, us
dedo temblor
? -Su voz era un susurro áspero, l
uscando a tientas sus llaves. No me moví de la ventana. Lo vi entrar como una
riendo las encimeras relucientes
, su voz subiendo de tono-. T
staba casi vacío, salvo por un cartón de
jos está pasando? -
una sonrisa forzada y conciliadora en su rostro. Sostuvo el bolso de diseñador como una ofrenda de paz-. ¡Mira
ó hacia Damián,
e sobre que Cecilia es la única para ti,
pre moviendo los hilos de Damián. Damián, siempre tan fácil de manipular, siempre necesitando que alguien va
la al suelo con un golpe seco. E
, deteniéndome a solo unos pasos. Mi mirada pasó del rostro atónito de Damián al rost
ano, abarcando las cajas, el refrigerador
nte no hay
mis ojos sosten
alando su vida empacada-, ¿las m