Votos Rotos, el Espíritu Inquebrantable Surge
ista de El
una sinfonía de destrucción. Damián, con el rostro todaví
brazo de Kai. Kai simplemente sonrió, una sonrisa de
ualmente tan llena de mi trabajo silencioso, ahora se sentía cavernosa, vaciada por su prese
sus delicadas alas rotas, su cabeza desprendida. Este era el pájaro que había esculpido para representar nuestro amor volando, libre y hermoso.
o. La escultura rota yacía allí, entre los restos del desayuno y los poso
abó.
silencio de la casa presionándome, más pesado que cualquier peso. No era la primera vez que se q
he. Era Sofía, mi amiga de toda la vi
ensa por la ira reprimida. Antes de que pudie
taba solo. Su brazo estaba envuelto alrededor de Kai, sus rostros a centímetros de distancia, sus sonrisas deslumb
aniobra de relaciones públicas" no era solo una maniobra. Era
me escondida. Los medios serían buitres por la mañana. Tenía que d
. Lo había usado una vez, en una gala de beneficencia, antes de que desapareciera en el fondo de su enorme vestidor, reemplazado p
is ojos llenos de lágrimas. Cuando salí del coche, los flashes estallaron, un a
a sociedad de su esposo
turaleza de la relación del señ
n es un visionario. Apoyo plenamente sus decisi
a en su joven rostro. Damián me vio y su sonrisa vaciló por un microsegundo, luego se endureció. N
ía insistido en que bebiera un brindis de celebración, a pesar de saber mis graves alergias a ciertos alcoholes. "
ho. El pánico se había apoderado de mí. Damián, al ver mi angustia, simpl
amián, luego el blanco estéril del techo de un hospital. Casi había muerto. Cuando desperté, aturdida y débil, sus primer
pero él simplemente lo había descarta
después de años de intentarlo, habíamos concebido un hijo. Estaba rebosante de alegría, imaginando una vida diminuta, un nuevo c
a etapa crítica. Un bebé ahora solo... complicaría las cosas". Había arreglado todo sin mi con
cantidad de trabajo o arte podía llenar. "¿Cómo pudiste?", había sollo
Por nosotros". Sus ojos, sin embargo, habían estado desprovistos de cualqu
to", las constantes noches tardías, la repentina indiferencia. Todo tenía sentido. Él y