El prometido que me robó la vida
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a perfecta. Pero en nuestra cena de compromiso, escuché su verdadero pla
io inducido por el estrés". Santiago, creyendo sus mentiras, m
ival, Katia. Me humilló en una fiesta, obligándome a usar el mismo vestido que ella, y luego me acusó
a orquestó, Santiago me mostró pruebas falsas de mis "crímenes". Me
de destruir a su familia. Nunca vio que ellos
onía, finalmente lo entendí. El hombre que am
pre, una fría paz se apoderó de mí. Po
ítu
a P
postal de San Miguel de Allende. El estómago se me revolvió, un nudo familiar de nervios apretándose en mi pecho
eguntó, su voz u
s bien una pesadez, un dolor sordo. Santiago siempre decía que yo batallaba con las emo
rró. "Mi familia te va
pesadas puertas de madera se abrieron, revelando un vestíbulo resplandeciente. Ris
apoyada contra una columna de mármol, una imagen de frágil belleza. El rostro de Santiago se iluminó, una sonrisa más
voz llena de una adoració
a menor de Santiago. Sabía que tenía una enfermedad crónica, algo serio, pero Santiago rara vez hablaba de ello. La envolvi
"Carmina, ella es Elna. E
imperceptibles. "Qué gusto conocerte por fin, Elna. Santiago habla d
Tan acogedores. Quizás mis preocupaciones eran solo mi torpeza e
r formidable, impecablemente vestida. Su mirada era aguda, evaluadora. Abrazó a Santi
como la seda. "Santiago nos ha contado
stido, o mi peinado, sino sobre mi salud. Murmuré un gracias, sin
ano tocando suavemente el brazo de su hija. "Tan frágil. Esperam
Santiago, pero estaba enfrascado en una conversación con Carmina, de espaldas a
muró, casi para sí misma. "P
sin sentido. Pero las palabras de la señora De la Vega, su intenso escrutinio de mi salud, res
iago llamó "una rápida puesta al día". Apretó mi mano antes de irse, pero sus ojos ya
amable de traer mi... broche de la familia del desván? Simplemente debo tenerlo para esta noche". Señal
a marioneta muda. Cualquier cosa pa
rpadeó hasta encenderse. Mientras buscaba el broche, una voz subió desde abajo, clara y distinta. La voz de Santiago. Y la de Carmina. No ha
endentemente fuerte, desprovista de su fragilidad habitual. "Los doctores
piración. ¿Compati
desesperada que nunca antes le había escuchado. "Pero... Elna... no sé cómo decírs
acero en su tono. "Siempre está tan ausente. No entenderá la gravedad, la belleza de est
? ¿De qué estaban hablando? Entonces Carmin
lla estará fuera de nuestras vidas, y finalmente podrás casarte co
s. Un riñón. Mi riñón. No estaban planeando una cena de compromiso. Esto era una trampa para
De la Vega. Todo encajó, un rompecabezas horrible. El dolor sordo en mi pecho se inten
Elna, querida? ¿Lo encontraste?". La voz de la señora
a del suelo, la caja de madera tallada olvidada. Mi corazón martilleaba contra mis costillas,
nrisas, las risas, el tintineo de las copas, todo se sentía distante, amortiguado. Mi mente
aje de un número desconoci
onocía su plan. El nudo en mi estómago se apretó, esta ve
urmuré, agarrándome el estóm
lo de preocupación en sus o
esesperada por alejarme.
uerta con seguro detrás de mí, apoyándome contra ella, tembla
a. "¿Elna? ¿Estás ahí?". Era Carmina. Su voz
través de la puerta. "Arriba en el
sabido todo el tiempo. Me quedé paralizad
de su habitual dulzura delicada. Sus ojos, tan parecidos a los de Santiag
ndo?", tartamudeé, mi
endo sus labios. "Nos escuchaste. ¿Y sabes qué? Es verda
scaro. La planificación a sangre
. Más que tú. Hará cualquier cosa por mí. Y si no cooperas... bueno, las cosas se pondrán muy desagradables para ti". Sus ojos
algo podría doler. Sentí una extraña quemazón detrás de mis ojos, una sensación q
o se contorsionó de dolor. Se desplomó en el suelo, boque
o la había tocado. Esto era o
stro grabado con alarma. Vio a Carmina en el suelo, jade
", gritó, corriendo a
imarme", gimió Carmina, su voz débil y tembl
a llenos de una incredulidad pé
labras. La traición fue un golpe físico.
apareció de repente la señora De la Vega
o me dedicó otra mirada. La sacó, sus pasos resonando por la gran escalera. La
nsordecedor. Mi mente era un torbellino de confusió
coche hasta el hospital, una extraña compulsión me impulsaba. Desde l
ro tuvo un episodio severo inducido por el estrés. Su función renal está disminuyendo rápidamente. Necesita un
era su juego. Su cruel y elaborado
s ojos, cada vez que se encontraban con los míos, tenían un brillo malicioso. Santiago regr
y peligrosa. "Después de todo lo que Carmi
e, mi voz apenas por encima d
octores confirmaron su condición! ¡Su riñón está fallando
eando veneno. "Y tú, Elna, eres una compatibilidad perfecta. Una compatibil
n mi boca. "¿Quieren que me someta a una cirugía ma
oportunidad para que nuestra familia vuelva a estar completa. No tienes idea de lo que hemos pasado. Todo
e en sus ojos. ¿Duda? ¿Culpa? Desapareció ráp
oz plana. "Elna necesita ayuda.
en, Elna", dijo, sus palabras desprovistas de cualquier calidez. "Necesita
a un lugar que se sentía como una prisión, un "centro de corrección de conducta". Fue brutal. Los días se convirtieron en semanas, llenas de disciplina sever
hecho yo? ¿Por qué quería destruirme? La confusión me carcomía, un dolor constante y sordo. A veces, la desesper
uciendo impecable y poderoso, un marcado contraste con mi yo desgastado y vacío. La esperanza, un sentimient
con un aire de confianza, casi depredador. La sangre se me heló. Era Katia Ramírez. Una chica de mi pasado,
xtrañamente plana. "Estás... bueno, estás de vuelta". Señaló a Katia. "Ella es Katia. Ha sid
ndo con triunfo. Una victoria silenciosa y cruel. La mano de Santiago descansaba
murió, reemplazada por un vacío profundo y escalofriante. No había ve
ado durante una de nuestras primeras citas. "Elna, ere
o se acabó. Mi corazón, que acababa de empezar a agitarse con