El prometido que me robó la vida
a P
asual. Pero algo había cambiado dentro de mí. El vacío del que hablaba ya no estaba vacío. Se estaba endureciendo, solidificándose en un n
nos con un gesto de la mano. "Tengo una reunión
Sus ojos, una vez parpadeando con fingida fragilidad, se abrieron de golpe, agud
ndo las palabras, su voz goteando desprecio. "¿Todavía rond
e cercana, sus risas resonando en la calle. La sangre se me heló. Las reconocí. El gr
cia una de ellas, una rubia alta llamada Tiffany. "Toda
stintivamente retrocedí, mi cuerpo tensándose, pre
na oleada repentina y sofocante. Los pasillos
ntemente altas para que yo las escuchara. *"N
ero meticulosamente organizado sería vaciado, mis libros arrojados a la basura. Mis materiales de arte, lo únic
audible. Pero ellos solo asentían, con la mirada distante, y luego decían: *"Elna, querida, ¿estás segura de
aban con rostros inexpresivos. *"No causes problemas, Elna"*, decía mi madre. *"Solo ignó
dí a hacerme más pequeña, invisible. Aprendí que buscar
ímido que me ofreció compartir su paraguas bajo la lluvia encontró su casillero vandalizado. Una chica que elogió mis dibujos fue
sillos, derramaban "accidentalmente" bebidas en mi ropa. Una vez, me arrastraron al vestidor de chicas, obligándome a escuchar
atia, *"ni siquiera llora
cían en mi teléfono. El teléfono de mi casa sonaba, solo para escuchar una respiración pesada al otro lado. Me convertí en una experta en e
cos, señalándome. Más tarde ese día, fui acorralada en una escalera vacía, manos agarrándome, palabras gro
empujándome bruscamente. "¿Todavía tan abur
go, estaba fija en Katia. Sus ojos, una vez más, tenían
Katia, señalando grandiosame
. ¿Pagar? No tenía dinero.
Tiffany. "Vamos a enseñarle a Elna cómo se compra de ver
eguí, con el corazón palpitante. Empezaron a sacar ropa de los percheros, vestidos de
uelas. "Se me verá divino. ¿Qué piensas?". No espe
rvaban con sonrisas cautelosas. Reconocieron a Katia. Reconociero
Ramírez?", se aventuró una de ell
. Mi... amiga aquí se encargará de la cuenta. Tiene un gusto excelente, ¿no es así, Elna?". Se vo
tenía peso. Un nombre que abría puertas, suavizaba asperezas y silenciaba p