La abogada del padrino
las persianas del ático de Valeria. No había dormido. Las sábanas de hilo egipcio, normalmente un refu
io ya no estaba allí. Lo había escondido en el lugar más seguro y cliché que se le ocurrió: dentro del depósito de agua de su cafetera de espresso ita
o con la oscuridad que sentía crecer en su interior. El blanco proyectaba inocencia, pureza
su caos habitual, pero Valeria veía amenazas en cada motocicleta que se acercaba demasiado a su
que olía a papel viejo y desesperanza. Valeria caminó por los pasillos con la cabeza alta, ignorando las miradas
aba en su despacho. La
ojos y algunas canas prematuras en las sienes que, injustamente, lo hacían parecer más distinguido. Estaba sentado detr
No hubo el cálido abrazo de los viejos tiempos,
Gracias
la puerta tras de sí. Se sentó sin esperar a que se lo ofrecieran, colocando su bolso en el suelo-. Tien
er de nuevo en su silla, mirándola con una mezcla de frustra
lo fuera. Sabes que no te hab
modelo antiguo, nada sofisticado. La colocó en el cent
Anónimo. Un sobre manila sin huellas, sin rem
én, aunque sus manos se apretaron sobre los reposabrazos d
ael, y presionó el b
y áspero. Luego, se escucharon pasos. El sonido
e seguir así. Te estás
as. Era su voz. No una imitación barata. Era su timbre, su cade
Senador Arriaga, t
saben lo de las cuentas. S
ia de nuevo, fr
to. O lo solucionaremos nosotros. No m
ás un vaso, y luego la grabación se cort
se quedó mirando la pequeña grabadora negra, sintiendo cómo la
ad tiñó sus palabras-. Nunca estuve en esa habitación. Nunca hablé con A
un deepfake, es el mejor que han visto nunca. No hay cortes digitales obvios, ni distorsiones en las frecue
iosa-. ¿Me estás acusando de conspirar para
sus ojos oscuros buscand
entro. No conozco a la Valeria que acepta defender al hijo
critorio, apoyándose en
regunta es: ¿por qué? ¿Por qué alguien se tomaría la molestia de fabricar una prueba ta
le decía la verdad a Rafael sobre el chantaje de Mendoza, él la arrestaría por el fraude financi
s inocente. Y esta grabación es basura fabricada
on la cabeza,
arrera se acaba. Te inhabilitarán pre
o una a
lgo. Dame algo sólido contra Máximo o contra Gabriel. Conviértete en testigo protegido. Puedo hacer de
precio era traicionar a un hombre que mataba a los traidores y a sus familias. Y adem
Y si intentas usar esa grabación en la corte, traeré a los mejores peritos de sonido del mundo para demostrar q
aminó hacia
amó Rafael ante
o, con la man
uegan con las mismas reglas que nosotros. Y esta grabación demue
r, cerrando la puerta con
meter la llave en el contacto. Su mente trabajaba a mil por hora. La grabación era aterradora no
fr
u memoria. Ella había dicho esa frase.
a. Discutiendo con un cliente corpor
impiar tu desa
abado. En su despac
Al llegar a la torre, subió directamente al piso 42. Entró
entras entraba en
ta un segundo después, con una t
tander? ¿Pasó al
a mañana. Nadie entra a
or sup
ca y la arrojó al sofá. Comenzó a recorrer la habitación. Miró debajo
en su oficina, tenía que h
critorio. Nada. Revisó
grabarse a sí misma, ¿dónde pondría el dispositivo? En un lugar con buena acústica, cerca de d
rtante. Un elegante reloj de escritorio de bronce y mármol, estilo art decó. Siempre le había parecido un
reloj. Marc
lta. La tapa de las pilas parecía normal. Valeria
queño chip negro soldado de forma casera pero eficiente, con un d
hada. Cada llamada, cada estrategia, cada momento de debilidad. Quizás in
ra el dispositivo. Era rec
otipo de una tienda de antigüedades exclusiva. Y la tarjeta.
erta de su oficina so
ltando el reloj detrás de
ría interrupcion
Clara. La cerradura había sido
avemente tras de sí. Llevaba el mismo traje oscuro, la mis
cara algo, deteniéndose un microsegundo en las manos de Valeria ocultas tras su espalda-. Má
micrófono en una mano y el conocimiento de que Silvio era un asesino en la otra. Y ahor
tó Valeria, su vo
escritorio y lo abrió. Dentro
tola. Limpia,
Las cosas se van a poner feas, Valeria. Y queremo