icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
La noche que él la eligió

La noche que él la eligió

Autor: Gavin
icon

Capítulo 1 

Palabras:2408    |    Actualizado en: 16/12/2025

ndro, parecía la pareja perfecta, cruzando la ciudad cada noche para conseguir el kale orgánico que tanto se me antojaba. Pero

o luchaba por la vida de nuestro hijo, Brenda lo llamó amenazando con suicidarse.

Nuestro hijo

er otro bebé", dijo, como si estuviera reemplazando un juguete roto. Luego anunció que Bre

nerlo todo: la esposa en duelo

encima de nuestro hijo moribundo, el amor que sentía por

ítu

na

to riesgo". La habitación dio vueltas. Todos esos años, todos esos ciclos de FIV, el dolor, la esperanza, la espera i

contra el tráfico infernal de la hora pico, solo para conseguir el kale orgánico específico que se me antojaba. Decía

avoritas", susurraba, besando mi f

aba quedando dormida, sintiendo cómo mi cuerpo dolía por otro día de llevar a nuestro hijo, y él se deslizaba en la cama a mi

o, con la voz pastosa por el sueño. "No ti

ro principito o princesita". Su voz era una suave canción de cuna, llena d

itecta, tomando una pausa en mi carrera para cuidar de nuestra familia. Habíamos superado tanto para llegar hasta aquí. La infertilidad fue un túne

concesionario, su tono era de disculpa, casi avergonzado. "Señora Ríos, notamos una anomalía re

spiración. "¿Un d

icio de departamentos en Polanco. P

na tontería, tenía que ser un error. Quizás estaba visitando a un cl

a muda de mi propio derrumbe. Alejandro, mi devoto esposo, estacionando su coche, no en el supermercado,

a vi a ella.

no podía distinguir bien a través del audio amortiguado. Él la abrazaba, le acariciaba el pelo, su rostro grabado

e. Luego, él conducía al supermercado, compraba mi kale orgánico y volvía a c

mosaico horrible de traición. Los susurros que había ignorado, las llamadas nocturnas que h

dita hoja de kale, se sentía como una ofrenda envenenada. Mi mente repetía fragmentos de nuestra vida, buscando pistas que había pasado por

o estaba siendo amable. Pero a medida que pasaban las horas, la imagen de sus ojos, tan suaves, tan preocupad

a demasiado pronto. Demasiado pronto. Grité llamando a Alejandro, mi voz quebrada por el pánico. En

as. Los doctores hablaban en tonos urgentes, sus rostros serios

sonó su

tensa. "Es Brenda", murmur

do su mano, mientras una nueva ola de do

mí y la pantalla brillante. El teléfon

o, con la voz tensa. "El

z, baja y urgente, luego un grito agudo y desesperado que reconocí

sando el dolor de mis contracciones. N

rror y traición. "¡No te atrevas! ¡Nuestro b

dos. "Lo siento, Elena", dijo, su voz desprovista

o y roto. "¿Y nosotros qué? ¿Y nuestro hijo? Si sales

te salió, la pesada puerta del hospital cerrándose tras

ue hubiera conocido. Las enfermeras entraron corriendo, co

on las lágrimas corriend

ados con horror y furia cuando se enteraron de que Alejandro me había abandonado. Mi madr

ritó, su voz temblando de rabi

mano, sus nudillos blancos. "Nos encargaremos

ejandro. Mi relicario de oro, un regalo de Alejandro el día de nuestra boda, un símbolo de nuestro para siempre, se me cayó d

co se convirtieron en ecos distantes. Un dolor abrasador, luego un silencio repe

e un dolor tácito. Los ojos de mi madre estaban hinchados, enrojecid

a un susurro ronco. "El be

se con la mía. Sus labios temblaron. "Elena", comenzó, y lue

da. Nuestro bebé nació sin vida. El mundo se hizo añicos a mi alrededor,

cirme que no era mi culpa, pero la imagen de Alejandro saliendo por esa puerta, eligiéndo

ar. "Las complicaciones fueron severas, Elena. Incluso con

si me hubiera tomado de la mano, si simplemente hubiera estado allí, quizá

o, doctor. Fue su culpa. La abandonó en su momento más crítico.

s. Parecía incómodo, cambiando de peso. "Alejandro está devastado, Elena

como el pergamino. "Eligió perseguir a una mujer manipuladora en lugar de estar con su esposa y su hijo mor

Brenda, Elena. Sabes que es frágil.

¿Una promesa a un hombre muerto es más importante que su esposa viva y s

ostro pálido. Murmuró una d

. A que al menos fingiera que le importaba. Pero no lo hizo. La habitación del hospital estaba en

u pelo revuelto. Se veía... agotado. No devastado. Solo can

na. "¿Estás bien? Yo... ll

etí, mi voz apenas un susurro. "Estuviste fuera por ho

o carecía de un dolor genuino. Era una disculpa ofrecida por oblig

a. "¿Lo sientes? ¿Dónde estabas, Alejandro? Mientras y

a iba a suicidarse, Elena. Estaba en una azotea

é, mi voz quebrándose. "¿Dejar que nuestr

eas dramática, Elena. No ibas a morir.

ra lo veía. Realmente no entendí

almente cayendo por mi rostro. "¿Y nuestro bebé? ¿S

laro que me importa. Es una tragedia. Pero p

las palabras apenas audibles. "¿Podemos simplement

favor. No hagas esto más difícil de lo que ya es. Brenda está... frágil. Se va a

ientras yo yacía en una cama de hospital, de luto por nuest

surré, mi voz desprovista de

emporal, Elena. Solo hasta que se

odo el amor, todos los sacrificios. Todo era una mentira

Obtenga su bonus en la App

Abrir