La Doble Vida Letal de Mi Esposo
ía
hivo de audio se repetían en mi mente, un bucle cruel e interminable. *La vieja esa, era tan lenta. Nos desharemos del coche. Te vas a tomar unas pequ
do bajo su ala, la ambiciosa becaria que ahora se regodeaba en su favoritismo, era el monstruo detrás del volante. Y Alejandro, mi esposo, el hombre que había jurado protegerme, que me había consolado durante noches empapad
alidad diferente, cualquier realidad donde Alejandro no fuera este monstruo. Quería destrozar el teléf
l sofá a su lado. La escena, antes familiar, ahora parecía grotesca, un cuadro de engaño.
mi voz un susurro estrangulado
o lento de su bebida. El silencio fue su confesión. El último destello de esperanza,
esa gracia familiar e inquietante. Extendió
tono que había usado con Bárbara en la grabación. Era una actuación, un
su toque como
e mi madre? ¿Cómo encubriste a esa... cosa? -Señalé con un dedo tembloroso a Bá
una exhibición te
ven, estaba aterrada. Su carrera, su futuro, todo estaba en juego. ¿Qué se sup
una ternura pose
tencial. Demasiado talentosa como
Valoraba su "potencial" más que la vida de mi madre, más que la
s médicos. Recordé a Alejandro, sosteniendo mi mano, diciéndome: "Es una tragedia, Sofía. Pero superaremos esto, juntos. Yo me encargaré de todo". Me había hecho creer que él era mi roca. Mi protector. Había sido tan ingenua, tan desesperada por consuelo, que me había aferrado a sus mentiras como una
que había estado escuchando con creciente alarma, soltó un grito ahoga
¡Sofía! ¿Qué
uego tropezó, colapsando
¡Sofía, me pega
riendo por su rostro. Un delgado rasguño rojo
iatamente a su lado, su rost
us ojos ahora ardiendo con acusación-. ¡Mira lo que ha
bsoluta, de un alma que finalmente se había liberado de su jaula dorada, incluso si eso significaba destrozar
voz saliendo en un tono escalofrianteme
s. El acuerdo de divorcio. Elías lo había preparado semanas at
irma, Alejandro. Y no te preocupes, no
nmoción e incredulidad luchando en sus facciones. La fachada
iciste? -tartamudeó, s
almente vinculante. Con un rugido furioso, agarró un bolígrafo de la mesa cercana
s de esto, Sofía! ¡Te arrastrarás de vuelta, suplic
los papele
, su brazo un escudo pr
ra. Alejémono
luego salió furioso de la casa, con Bárbara aferrada a él, la
e varios rincones de la casa, murmuraba entre sí,
rrar a uno-. ¿Dejar a Alejandr
do en el mundo, ¿no? De be
. En cuestión de días, Bárbara Villarreal fue nombrada oficialmente la nueva presentadora principal de finanzas, tomando mi lugar en el horario estelar. Era la repetic
ión, mis pasos resonando en el silencio. Mis pertenencias, cuidadosamente empacadas en unas pocas maletas, estaban junto a la p