Nunca Digas Adiós
ba la mano que acababa de estrechar y arqueaba las cejas, como si estuv
claramente sorprendida por
as, mucho menos las del estudio, además, no puedes mover nada de su lugar ni
ntía aterrorizada por su severidad, preocupada
gunta o algo que añ
sacudiendo la cabeza, aunque por dentro
volvió y agitó la mano con desdén, un ge
a paso lento, con dirección al salón, donde luego se sentó en el s
tras disfrutaba del programa que
abía olvidado de que estaba en la
studio hecho una furia. "¡De ahora en adelante, cuando esté
temblarle de repente y lo único que atinó a hacer, si
de cerrar la puerta detrás d
or la repentina llamada de atención, e inmediatamente después decidió que lo mejor era regresa
ar preocuparse, pues estaba convencida de que si hacía enojar a su esposo con much
a enterarse bien de cuáles eran las condiciones del contrato, se levantó
si la Parte B incumplía el contrato, la compensación por dicho incumplimiento
sentaba nuevamente en la cama, sumida en sus pensamientos. '¡
ecía que se había vend
respirando rítmicamente, y antes de que se p
ir a prepararse un café a la cocina. De camino hacia allí pasó por la habitación de M
aba todavía despierta, así que se dispu
vía?", Este preguntó de pie en l
o resp
y miró su reloj para ver l
un vistazo. 'Simple' era la palabra que mejor d
on más atención y lo que vio casi
uedado dormida con los papeles que había estado leyendo en la boca, una pi
ente y cerró la puerta para ev
idada, pero aun así se sentía muy satisfecho con la decisión q
na atracción sexual hacia él ni que le exigiera cariño, inteligente y hábil en e
ón a su apariencia personal', pensó el hombre y se diri
zo que Mary se despertara de su profundo sueño. Había dormido
con ojos somnolientos, ella se l
cer sus ejercicios matutinos y h
saludó mientras
sobresaltó ante su repentina aparición. "¡Ay
ambién se sorprendió pero no por encontrarla ahí sino por el aspecto q
marcharse porque todavía estaba tratando de despertarse. Dijo OK por el pánico que tenía a q
lavó la cara, se cambió de
l dormitorio. Se dirigió a la puerta principal, cogió el pomo de la
l terror se apode
cuchó por detrás no er
empezó a tartamudear: "Voy... Voy a la oficina. Ya son las sie
iba en aumento podía verse
reguntó, confundida y temblorosa. Ver a
ba sumamente enojado pero logró sonreír. "¿
rápidamente: "¡No lo sé! Yo no he tocado tu desayuno, es más, yo ni siq
una vez más: "Está bien, está bien. Estás tratando de hacerme eno
go del sofá y se marchó fur
rincón y solo pudo reaccionar cuando escuchó el portazo que el hombre dio al marcharse. No compre
cuando el desayuno esté li
rdó lo que él había dicho
e! Volví a me
bolso en la mano mientras gritaba: "¡Seño
che cuando ella llegó afuera, per
todo lo posible por hablar con él, puso el pie en el acelerador y
quejó mientras intentaba
nte su señal. "Señor, al edificio AJ por favor", le
ando problemas', pensó sumamente preocupada por las
pondió: "¿Cuánto le debo señor?". El taxista verificó la tarifa y le dijo "son
que normalmente le costaba dos, pero dada las
pero eso no lo podía hacer esa mañana después de t
illiam delante de ella. Temía sus reacciones, pero más que eso temía que anulara
a es dura, así que sea
puede pelear, así que lo
a la puerta del edificio
a hamburguesas chinas. Luego sonrió amablemente y preguntó:
egado más temprano porque había ido en taxi y
a, est
la anciana se las entregó y corri
a Lu, bu
e se cruzaba por el camino la s
!", dijo un empleado mientras
nfundida, pero aun as
se momento era consolar el