Nunca Digas Adiós
nk era tan cálido y a
s, como si su juventud se había quedado congelada en el tiempo y
or esa pared cuando iba por allí, pues le hacía
ue haces siempre al entrar aquí es mirar esas fotos", le dijo Frank co
William con un aire triste y, al apartar la vista de la pared y girarse para di
ó él, y es que siempre engatusaba a William
con afecto mientras le prometía, "Ahora solo quiero pasar algo de tiem
dos tenían la misma conversación en cada ocasión y después William se dejaba caer sobre la cama de Sansa, cerrando los ojos y sintiendo inmediatamente cómo se relajaba. En realidad,
ultaban nada el uno al otro. Más tarde, Sansa fue incluida en su pequeño círculo y, como la
espreocupado y con una sonrisa en el rostro. "No, gracias", dijo finalmente y, al escuchar eso, la chica abrió los ojos de forma amenazadora. "¡No era una pregunta! ¡Date prisa porque, de lo contrario, me aseguraré de que nunca más te levantes de all
", dijo Sansa, persiguiéndolo con la fregona en la mano hast
necido malhumorado durante todo el tiempo, y cuando ambos irrumpieron en su cuarto, el joven
secaba la sangre de la comisura de la boca y Sansa alisaba su ropa arrug
u amigo sentía algo por él, aunque para entonces, él también se había enamor
o dieciocho años después de pararse frente a ella con nerviosismo, cuando finalmente re
stas de esa manera y no, no quiero ser tu novia", le había
él porque es como un hermano para mí!", exclamó. "Además", añadió después, "¡es un chico!
Dale una oportunida
as una oportunidad a m
y su hermana y siempre, siempre cuidaré de él. Por lo tanto, nunca haría algo que podría lastimarlo y por eso, nunca podré estar contigo", concluyó Sansa y William permaneció en silencio mientras asimilaba sus palabras. Después de una larga pausa, el chico le dijo en
"Solo piensas en sus sentimientos. ¿Y qué pasa conmigo? Yo tam
habitación, dando un por
a elección. Frank le había confesado lo que sentía, rogándole que lo ayudara, y ella era su he
de las ventanas, William se dio la vuelta en la cama y rec
n lo siguió amando a él pero, aunque los tres sabían todo eso en el fondo de sus corazones, n
am aún recordaba que Sansa llevaba pu
o juntos a una pequeña c
con una sonrisa inocente en el rostro, aunque sabía muy bien que eso l
le hubieran abofeteado. "¿De verdad?", dijo él mientras intentaba
er, pero ahora ya lo sabes". William tragó saliva y, por mucho que lo inte
pondió la chica e
eces William tenía que esforzarse
taba a menudo qué podía estar haciendo un c
l se había ofrecido a comprarl
ese momento, cuando finalmente miró hacia arriba con un aire sorprendido, se dio cuenta del dolor cegador que sentía en el brazo y de que estaba en el suelo. Además, notó que alg
n ese estado hizo que volviera rápidamente a sus sentidos. Luego se levantó
débil y entrecortada, "Cuida de Frank...". Sin embargo, William solo pudo asentir con la ca
he amado... Durante todo este tiempo...", le confesó ella y William sintió que estaba a punto de desmoronarse. "¡Lo sé! ¡Lo sé todo! Sansa, por favor...", suplicó él mientras sus lágrimas aterrizaban sobre el rostro de la chica, abrazándola con aún más fuerza. "¡Una ambulancia! ¡Necesitamos una ambu
nombre y eso era lo último que recordaba, pues cuando se
édicos e insistiendo en que lo dejaran ir al cementerio
después de saber que Sansa también lo am
pudo volver a enamorarse dura
lmente le confesó su amor, William lo aceptó por completo, ya que su feliz so
que cuando el chico le informó de que quería irse a vivir en Noru
nsa. 'Ahora me pasaré la vida protegiendo a tu hermano en tu lugar