Neblina: Año Cero
an las hamburguesas, era un día completamente normal, al menos en apariencia, en una zona del p
moreno, con ojos azul cielo, con una altura promedio y ligeramente c
indiferencia – Lo único que sé con seguridad
tido tendría lanzar un ataque que afecte a todos los países? – Se notaba que quería respuestas, y John lo
uiera los mejores científicos del mundo saben qué fue lo que paso, entonces nosotros no podemos esperar saberlo – Ahora había algo de frustración en su
e unos segundos – Quizás digan algo como que
elve paranoico a quien lo inhala
do y, como era de esperar, había secuelas muy notorias, para empezar las personas ya no salían tanto como antes, parecía que solo salían a trabajar por pura obligación y solo salían cuando era totalmente necesario; en su calle antes se
la carne Gabriela juntaba los ingredientes cuando todo estaba listo, la simpleza de la preparac
ue idea tuya – Dijo
¿Q
Continuo su voz tenía un tono bastante alegre – ¿Fue idea de
o único que
bía cómo pasar el domingo, gracias p
r feliz, pero la verdad es
tinamente serio – Hay algo que debo preg
ué p
rdas al
y con él? – Preguntó mientras ponía la espátula deba
os para investigar de dónde vino esa nube – Explicó mientras Ana volteab
mente serás de mucha ayuda – Continuó con sinceridad y alegría – Si
aba atentamente mientras miraba la carne cuidando que no se quemara – Y la verdad es que quiero dejar Brooklyn por un tiempo y empezar a enseñar bioquímic
lugar? – Le preguntó mientras sacaba la carne del asador y
un letrero que decía "En venta" clavado en el césped del patio delantero – Estaba pensando en mudarme ahí, pero quería preguntarte primero – Ana se s
nalmente Ana, dejando
– Preguntó co
emás de que este vecindario es muy seguro – Explicó mient
sale bien, estaremos instalados en unas dos semanas – Mient
y Luis se fueron al aeropuerto al atardecer para no perder su vuelo. Después de comer tres hamburguesas durante la tarde John estaba más que lleno, pero le ayudó a Ana a acomodar los platos después de lavar
gual que hace dos noches, esas palabra
de nerviosismo en la voz – G
e pasó entre ustedes en la secunda
raste? – Pregun
rante el almuerzo – Y era cierto, Ana había inscrito a John en la misma escuela en donde el
s personas John – Le riñó
alidad – Le dijo con aires
amé a tu padre, nunca lo olvides
io y no dudaba que su madre había amado a su padre, pero sabía que
es triste, pero guarda cierto grad
ca serás feliz – Y dichas esas palabras John se retiró a su c