Ellar, la muerte púrpura
buscando la mejor factura en las armaduras aún sin poder permitirse el pagar el precio que un trabajo artesano de calidad costaban-. Mira por ejemplo esta armadura de acero templado. Te p
os de terror, así que imagina el efecto que tendrá cuando sea utilizado en el campo de batalla ¿Quién se atreverá a batirse con quien lo lleve equipado? Tal vez
esfilar camino a palacio a un príncipe extranjero con su escolta que vestía una reluciente armadura de color púrpura... ¡Eso es justo lo que
jiplático al escuchar
e te he mostrado es más acorde con tu estatus... Si es que alcanzas a tener alguno...- dijo el herrero riéndose en la cara del niño-. Ningún plebeyo o nob
sujeto al cinturón, lo desató y lo la
gustas. Tan solo le digo una cosa: quier
n el almacén una vieja armadura de «purpurita» acumulando polvo desde hacía incontables años, ya que el valor del material de este tipo de coraza era tan alto que no
rió con una gran llave y le invitó a visitar su interior. Allí se almacenaban montañas de piezas metálicas: hachas, espadas, armazones, yelmos, guanteletes, lanzas... Y al fondo del todo, entre las danzantes sombrasclaro que ha sido realizada por las manos de un auténtico mae
valor tan elevado solo te cobraré una moneda de oro...- dijo el Herrero con una en
intentando hacer desde aquel día que en esos momentos parecía tan lejano en el que se vio abocado a abandonar la inocencia de la niñez, así que se acercó a la pila de armas, seleccionó una espada grande y pesada, y haciendo un rápido arco hacia atrás cercenó de un solo golpe la cabeza del comerciante, la cual rodó por el empedrado suelo de la armería dejus conocidos creyeron que después de hacer el trato de su vida con algún cliente, se había retirado a algún le