La sirvienta más sexy del CEO
vez me quedé sola y aburrida. Bueno, todos menos Lucía, pero con lo que se h
en aquel prostíbulo, me su
de mis padres era muy reciente, y con ella todas las desgracias que me habían pasado, pero si a partir de esa m
vuelto mi vida y entonces me acordé de que, la noche anterior, cuando la madame me entregó un pequeño co
trozando por dentro, por lo que me dirigí al baño a buscar uno de esos bonitos penes de silicona. Esa vez iba a hacerlo yo sol
aja de preservativos (pues quería estar preparada para cuando no me quedase más remedio que acostarme con un cliente esa no
a llorar como nunca antes lo había hecho. En circunstancias normales me habría tomado el tiempo de llorar a mis padr
n un desconocido, pero en aquel momento deseaba con todas mis fuerzas que un hombre apareciese por l
, puede que una o dos horas, pero
uso una mano en mi hombro
desconsolado. La madame me había dicho el día anterior que los cuartos estaban insonori
, a nadie le agrada que le vean llorar, ¿no?, y
si no quieres, -Se sentó en el borde de la
desgracia y de la falta de dinero y de otro lugar en el que vivir, y a
noche anterior era mi dormitorio, había un hombre que, a pe
ntó de la cama para irse- y si no la encuentro a una d
de su brazo hacia
nte desnuda, pero
ó una manta para
la cabeza- prefi
moviendo mi trasero de lado a lado con ca
les gustará esto? -Hice un gesto con la
Marilyn, no tienes
gusta
nuez subía y bajab
de sus manos y la puse
si esto... La
ón- y si se enteran diremos que te lo he pedido yo, que
ncargan ella y la
ano en el bulto que sobresalía de su pa
za los penes de silicona que yo había
ista que sean no se pueden comparar a lo que
que atenazaba mi corazón, en el fondo lo sabía, pero me daba igual. El día anterior el sexo (o la masturbación) habían consegui
cama- y enséñame lo que sabes hacer. Quiero v