Entre Odio y Amor
automóvil, los ojos azules de Víctor miraban los edificios históricos. El centro de la ciudad daba acceso al Cruzeiro, un hermoso m
uente del Arco del Conservatorio; de los caminos por donde se aventuraba y principa
pensó en las últimas palabras de Carmen justo antes de la despedida en Venecia. Ella era una d
xigió que Víctor regresara a la finca en el interior de Río de Janeiro. Si por casualidad decidiera no volver, él tendría que trabajar para mantener su vida en I
eaba en su bicicleta rosa, en la parte de atrás cargaba cajas c
ra un rostro que olvidaría fácilmente. Durante su infancia, recordó, compartía el almuerzo y cuidaba a
ntó el capataz que con
Miró a la chica cuando el
su padre. - Se rascó la barba negra. - El padre de Clarice murió hace
s la hubieran visto, estaba más hermosa que l
acomodó en el banco tapiza
rlo y decirle que no quería quedarse en ese pueblito del interior de Río de Janeiro
.
fetalero Manuel Corte Real en el siglo XIX. El tatarabuelo de Víctor, quien en el siglo XVIII poseí
creció en el ciclo del café, aún después de
antener la herencia en pie, el padre de Víctor hizo todo lo posible p
ronto el peso de esa responsabi
su familia y el dinero que su padre le enviaba cada mes sería suficiente para mantener su lujosa vida. Miró nuevamente el
.
l blanca del dormitorio. Miró las hojas de los naranjos que se extendían por el huerto en la parte trasera de la casa grande, poco a poco, la oscuridad total se apoderó del cielo. Víctor obse
n este lugar, ¡están muy eq
mente a la oficina. Se necesita coraje para ser honesto y
la oficina y miró el rostro fruncido del hombre con la barriga abultada. Se sentó d
resión ilegible. - ¡Sabía que volverías, pero no tan pronto!- - Endere
, avicultura, ganadería y agricultura, a diferencia de su hi
su esposa le pedía. Pensaron que tal vez el tiempo des
oma del aguardiente bajo su nariz, tomó u
usta esta ciudad! -
superior rectangular. Hizo un movimiento furioso hacia su hijo, p
puso del lado de su hijo. - ¿C
re. Él bebió un sorbo del líquido color pajizo.
a con t
ando con dificultad, sus puños
es nuest
poyar la buena vida que lleva
ente a su padre, pero Olivia lo agarró del brazo.
arlos miraban fijamente la puerta abierta. -¿Carmen te dejó desp
Olivia lev
stro hijo sea irrespon
nsististe en que Víctor estudiará en las mejores escuelas europeas... - Olivia entre
ipar en esa discusión entre sus padres. Cogió su iPhone, tocó la pan
el hombre por teléfono. - ¡Quiero hablar con mi novia! - Entró en su dormitorio y cerró la puerta con todas sus
otro lado de la línea colgó. Se estiró en la sábana que cubría el colchón y miró el techo de m
──♡──
a que hacer en ese fin del mundo. Recordó cuando Clarice, su vieja amiga de infancia, le habló del canto de las cigarras. Solía decir que
rice era virgen o tal vez se había entrega
as de Clarice. Aunque ella no era el tipo de mujer que ansiaba, Víct
- tal vez ella sea buena para lo que quiero. - Víctor agarró el miembro endurecido que reaccio
ido hasta su coño mojado. Víctor se tocó a sí mismo mientras pensaba en follar la carne tibia y apretada. Cerró los ojos, los
sería tocar y entrar en el cuerpo inmaculado. Víctor estaba deseando volver a ver a