Darnpectra: El Arte del Mal.
del brujo. No obstante el cuervo de la noche seguía siendo frío con él, no lo consideraba como amigo o alguien importante. Pero se podía decir que tenerle cerca resultaba ben
ba recibiendo un entrenamiento más intenso
s él no tenía amigos) ser más atento al brujo, quien luego de sus entrenamientos parecía haber cambiado un poco. Quizás las oscuras artes de la bruje
er sin sentimientos hacia las personas, pero comenzaba a asombrarle esos cambios tan repentinos en la personalidad de Percival. Por
intermedio, quien observaba fijamente la luz de una vela.
bién parecía afectarle al hombre de cabel
ntrenamiento rec
a le recordaba aquel momento tan traumático vivido en su v
recía que cada día que pasaba se alejaba más de él. Como si el asesino silente se transformará en una especie de fantasma c
la. Pero mientras caminaban el brujo de cabellera castaña ni siquiera le observaba. Solo observab
aquel objeto extraño que encontram
alles de la ciudad de Madargruz, el asesino silente trataría de hacer al brujo dis
ervían comida exótica que nadie en otros reinos sería capaz siguiera de probar. Además las bebidas eran muy buenas, eran pociones muy sabrosas que incluso podían otorgar efectos varios, uno
berna, un hombre
ron a un lugar más apartado, para ser específicos a uno más privado, dónde nadie podría molestarlos. Allí se sentaron y parecía que el
Había un queso que apestaba pero era extremadamente exquisito. Carnes de animales que no podían encontrarse en t
n carne, queso exquisito y una poción delicio
cival, quien sonrió ligeramente mientras comía aque
pronto la tristeza regreso al brujo, quien cabizbaj
urna también comenzó a comer su plato de deliciosa comida, como Percival y él mantenían una gran fortuna oculta no les importaba gastar una gran suma de oro o plata en dic
a ya bajo los efectos de numerosas pociones. Lo que no impidió que Br
reyó aquello, pensó que trataba de tomarle el pel
pectra, ¿De dónde p
e daba demasiada información a Percival, pero parecía que el no entendía las palabras de él, incluso creía qu
la presencia de Percival un poco más agradable. Lentamente aquell
del lugar. Quizás al día siguiente el cuervo reci