Darnpectra: El Arte del Mal.
ta Sinispear. Los caballos galoparon a gran velocidad, Sinispear no quedaba tan lejos de Lugubriz y al pasar algunas horas lograron
a un sinfín de tiendas de diferentes tipos. La economía era muy movida en esa ciudad, pues eran diferentes barcos de diferentes reinos lo
Pearsea. Ellos habían confiado información valiosa a alguien que no dudo en contactar a la élite con intención de obtener un poco de este gran botín de oro y plata con destino a Nordiha. Era la oportunid
. Pero está misión era sumamente importante, era un cargamento grande de riquezas y aunque Brigham no deseaba convertirse en un magnate,
levación rocosa dónde había algunos arboles que le funcionaban para cubrirse. Había llegado allí gracias a sus habilidades. Por otr
taba de mantenerse despierto ya que no había podido dormir demasiado en la posada
una carreta de igual material. Está era escoltada por un grupo de hombres fuertemente armados que viajaban a caballo y llevaban un hombre
descendió al suelo en un parpadeo y corrió en dirección a Percival. Sujetando a este del brazo para dirigirse al bosque, e
undido, quizás la persona a la cual t
ellos. La prioridad ahora era seguir el cargamento de oro sin perder ni un solo minuto y más importante, sin ser descubiertos por los hombres que custodiaban fuertemente el cargamento. El enorme tesoro no i
n antorchas, lo que le permitía ubicarlos fácilmente sin la necesidad de viajar tan rápido, Brigham y Percival tomarían su tiempo. El camino hacia la frontera entre Nordiha y Darnpectra desde Sinispear no era tan largo. Quedaba solo a unas h
Había una gran muralla de varios kilómetros, una gran puerta y soldados de Nordiha custodiaban dicho
ercival era... pues él era bueno haciendo pociones. Los hombres de Pearsea pasaron fácilmente la frontera, pero el lobo que iba con Brigham y Percival se puso hostil al ve
a pasar por dichas puertas inmensas, pero que su lobo decidiera lanzarse al ataque también había sido un golpe de suerte. Su lob
ectra, según la intuición de la sombra nocturna ellos viajarían toda la noche hasta llegar a alguna ciudad de Nordi
ll
aba iluminada por antorchas en sus calles más concurridas. Era un lugar acertado para proteger el or
rdado. Con barras de hierro y hombres armados que le cuidaban. El cofre estaba bien protegido y realizar alguna acción para tratar de robar el oro y la plata ser
es de Pearsea decidieran continuar con su largo recorrido quizás con destino a Agzafrzul, capital de Nordiha. Tanto el cuervo de la noche como el brujo de cabello castaño estaban o poder e influencia comenzaron a salir soldados, caballos y aquel hombre importante con ese enorme cofre qun nombre. Necesitarían caballos para seguirles el paso a las tropas de Pearsea, para ellos sería sumamente fácil conseguirlos. No tardaron demasiado tiempo en robar dos cab
sino silente. Pues todo su esfuerzo parecía ser insuficiente para su superior. Mientras que el resto de los ase
decir, quizás era demasiado estricto con el mismo o tal vez él como brujo tenía un alma poco oscura. Se limito a escucharlo y tratar de com
de su presencia. No deseaban llamar su atención, esperaban la llegada de la noche para iniciar su j
n viejo y frío. Esperarían que las tropas hicieran una parada y trata
Tratarían de descansar y alimentarse para seguir con el viaje. Eran muchos hombr
odos ellos? Percival se preguntaba a s
trapado un conejo para comer. Esperaron algunas horas más, ocultos y al acecho, a la espera de la llegada de la noche. El cuervo
he adentrados en el bosque. Algo que resultaba favorecedor p
mbra le había consumido hasta desvanecerse en el suelo para moverse serpenteante a espalda de uno de los centinelas. Su cuerpo reapareció lentamente, subiendo desde la misma oscuridad que le había con
inelas, quiénes no esperaban de ninguna manera que alguien e
uno de estos se levantó con intención de hacer un cambio
o -dijo el hombre a su compañero que e
cuerpo del centinela se desplomó en un charco de sangre q
argado de desvanecer varias vidas. Su intención era acabar con todos mientras dormían, no había nada más placentero que morir en un profundo sueño o sin
placer o la misericordia que el asesino silente tenía pensado para todos ellos. Percival aún se mante
a sobre un árbol observando el alboroto que había provocado con sus asesinatos. Los hombre
ontra el sujeto mordiendo su brazo e hiriéndole de gravedad al soldado de Pearsea
ando uno por uno con ellos con una rapidez y una agilidad sin igual. Absolutamente ninguno de
bre importante en una gran carpa, e
o y bigotudo. La sombra nocturna utilizo sus manos y di
on el hombrecito amarrado de pies a cabeza. Per
al botín y allí estaba una cantidad absurda y excesiva de monedas de oro y plata. Pero no solo eso, había también joyas y piedras preciosas de valores incalculables. Ninguno de ellos en su vida había apreciado tantas riquezas. Pero lo más curioso de todo era una especie
parte de este botín
que transportaba el inmenso cofre, para así dirigirse nuevamente a Darnpectra, más específicamente a Madargruz, tomando un camino oculto y secreto que llevaba directamente al r