Corazón de Fresa
uno para mis hijos y mi marido. Me senté en la cama y estiré mis brazos sobre mi cabeza para que la sangre fluy
estaba bastante atrasado, pensé que se debía a un desarreglo hormonal, por culpa del trabajo y mi último embarazo había engordado más de veinte kilos y mi endocrinóloga m
aban todo el tiempo. Mamá decía siempre que había sido un error
alegró mucho pero él también se preg
stábamos sentados tomando un té. Liam se había ido con su padrin
salvo que quieras desarmar el gimnasio para hacer allí
ierta será muy molesto para él que entremos a cada rato a ver qué necesita. -Kentin tenía razón, no podíamos perjudicar el
tió, tomó una hoja y empezó a hacer un plano de la plata alta. Podríamos s
el banco, ojalá que los obreros no n
Catrina desde
jos verdes, y su cabello castaño, casi pelirrojo,
ero otro
la expresión que tenía mi esposo en ese momento,
uevo hijo y a ti un hermanito o hermanita. Hay que recibirlo co
como Liam -dijo Catrina. Esta niña había heredado el carácter de Mae. Suspiré
r que ya eres y cuides de tu nuevo hermanito. Él no tiene la culpa -le dije mie
iera más escándalos porque Catrina empezó uno en ese momento. Sus berrinche
ue prestarle atención, así que simplemente nos qu
r, empezó a jalarle del pelo y a patear. La paciencia de Kentin ya se había acostumbr
en una pequeña silla
ió a levantar y empezó a arrojar cosas. Kentin la volvió a sentar, recordándole que estaba castigada, la volvió a dejar y nuevamente mi hija se levantó-. Catrina, te dije que te q
e hipando. Cuando pasaron los cinco minutos, mi esposo le levantó el castigo. Yo miré la escena, realmente Kentin me so
e su hija quedaran a la altura de los suyos, Ca
s sobre tu nuevo hermanito, ahora quiero que me d
o... que venga... -solloz
uieres que ven
que..
Quiero que me digas por qué no qui
ollozó e hipó, parece
s importante para nosotros dos -
dejen sola -dijo Catrina,
ensas eso? -
ión y no quiero que me dejen sola, ya no van a jugar conmig
enseñes a hablar, a caminar, a jugar. Queremos que seas la guardiana de este bebé -le dijo Kentin. Yo lo miré un tanto sorprendida-. Pero, es una gran responsabilidad, se
y a poder enseñarle a jugar a mi he
aguas y lo usó para tocar ambos hombros de su hija, cómo pasaba en la época medieval-. ¡Princesa Catrina, guardiana re
scaleras se detuvo y volvió corriendo a nosotros. Se abrazó a
una sonrisa en el rostro. Catrina se retiró a su habit
me "Superniñera" -d
Kentin, él abrió los ojos y con un
tante mareada y con un terrible dolor de espalda, Kentin ese día tenía franco as
rabajo y decir que no vas -sugirió Kentin mientr
ir aunque sea en ambulancia -me negué. No podía darme el lujo de faltar hoy. Por el embar
nal. Ahora mismo llamo a tu trabajo -sentenció, yo
palabras con la secretaria
que mi esposo me recostara en la cama-. Me siento terriblemente
. Un momento... -dijo y habló con algui
é, Kentin me miró c
un mal corte de cabello? Un grano en la cara, quizás... -se burló Carrison. Mi je
a y me duele la espalda -le
preguntarte, ¿quién hará las prese
á bien prep
r tu puesto y tú te vas a seguir durmiendo,
No podía ser... no
eres hacer vida de ama de casa, ve y hazlo. Pe
ede des
as seguidos al trabajo, de lo contrario será "despido con causa". O me das tu carta de renuncia
do el auricular,
o qué!? -b
causas -murmuré, no podía creerlo. Casi diez años trabaj
, Annie! ¡Eres abogada, para algo
empleados judiciales para que el otro abogado nunca pueda ver el expediente; había presenciado como hacía desaparecer juicios en los que iba perdiendo para poder evitar que la contraparte si
sa denuncia me habrás decepcionad
cho que intenté presentarme a trabajar no me dejaron
vida había l
remos bien hasta que consigas trabajo -dijo Kentin mientr
e juicio! ¡Carrison se las sabe todas! ¿Qu
elente abogada, sé que podrás hacerlo -me besó en la coronilla,
hacer la tarea, preparaba la comida, hacía las compras y limpiaba la casa. Kentin me ayudaba en algu
lo que podía. Mi hija y yo estábamos lim
lamó Catrina, yo intentaba habl
léfono en caso de emergencias? -le pregunté,
el 9-1-1! -re