Andrew Reed
sie
rroe el corazón. La escritura, familiar y austera, atrae mis ojos como un imán. Sostengo en mi cara un
ses salpicadas de insultos y más insultos son prueba de ello. Con la yema de los dedos empujo el pedazo de p
olo, su acento ruso que encantó a la joven expatriada que era en ese momento, y lo que es peor, el placer que sentía
ta desilusionada. ¿Có
a se pierda en el vacío. La ventaja de este costoso apartamen
e mi café, conten
des
ran esfuerzo. Hasta quince días, todo iba bien; mi carrera como abogada era más exitosa y es
cada vez más obsesiona
quiere, es bastante explícito en sus notas, pero no temo por mí, s
Miro al aparato ultraplano mordiéndome el labio inferior. Tal vez todavía tengo una sol
mi vida: Alexa, mi mejor amiga, que en estos momentos está de viaje desde ha
. Vuelvo a vivir con intensidad ese encuentro explosivo, la atracción de la novedad que había ejercido sobre mí, su encanto eslavo que me hab
o dudo ni un segundo más, sa
do escuchar nada hasta que la sua
ass
e recuperar el legendario control que he mantenido sobre mi vida hasta hace dos semanas. A
tartamudeo co
as manos invisibles me agarraran el cuello
esito algo
mo para bombardear a Alexa con información, sabiendo que, si le doy el más mínimo respir
ecibido amenazas -me apres
ada, voy a buscarlo, el idiota est
sonreír. Solo ella puede hablar así de Holt; el mercenario es absolutamente aterrado
bast
sudamericana. Unos segundos después, Alexa suelta un pequeño grito y noquea a su compañero con flori
a estoy aquí,
oco de mi esposa -gruñ
no están cas
be... -me
e lo esperaba, pero ahora estoy más preocu
o? -di
ma -susurro con
pequeña risa me calienta el corazón. Se ha ganado el derecho a ser feliz, se lo me
arme a la c
o Ho
obablemente no es un gran partidario de la rebelión de Alexa.
tamel
Yo, que estoy acostumbrada a las justas verbales frente
. Est
o una mano en mi cara, r
recibiendo amenazas. Él... dice que va
a lo
nte-, estoy acostumbra
ass
vez... Te las arreglaste para ayudar a Ale
o mirando al suelo con una mano en el cuello
a esta noche, hasta enton
san en el borde
-murmuro
o de él, me hace meter m
e vuelta a Australia hasta que esto se solucione. Así que h
o mi agradecimiento hacia él. Sé que tendrá que luchar mucho contra
olgar, Holt da u
que no
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nión sobre este primer ca
, ya que esto ayuda a que la h
s serán: Lunes, Mi