Una esposa de mentira. Saga familia Duque.
pero no necesitas leer un libro para entender otro, son libros ind
es del protagonista de Una esposa de mentir
tío del protagonistas de Una esposa de
n0vela. Historia de las hermanas gemelas d
osa de
leer los anteriores
*
ueda poco tiempo de vida, s
olencia en los oídos de Paul
oy a dejar a
se le secó y la piel se le estremeció,
ración? -indagó con voz tr
llones de pesos -di
squinas de Manizales, lo que podía, en otras ocasiones ayudaba de mesera en restaurantes, limpiaba edificios, casas, pero no conseguía un empleo que le pudiera ayudar a sobrellev
a? -cuestionó resignada
acomodándose los lentes-, debes someterte a las sesiones de quimioterapia, y por cierto deb
tal producto de los análisis que le realizaron, sumado al costo de la operación, además debía recibir quimioterapias, percibía que
oz débil, en su interior sabía que era una tarea imp
la ciudad con los hombros caídos, y el rostro humedecido,
osible, no podía creer que le quedaba poco tiempo de vida. -¿Con quién voy a dejar a Cristopher? -se preguntó
orando por su desdicha, entonces se dir
pequeño de vivaces ojos
te hoy? -indagó ella y se inc
futbol con mis compañeros, me
el pecho al escuchar a su
frutas para venderlo en las calles y te comp
otra vez la cabeza? ¿Por qué lloraste? -preguntó, Cristhopher era
no, no he llorado. -Mintió Paula-, creo
s los de su mamá, y empezaron a caminar en di
ed -dijo
na botella con agua, pero notó como los ojos de su hijo brillaban al ver la cant
garon a la pieza que comp
resultados? -indagó la chica, quién peinaba s
nte del niño. En aquella pieza no había privacidad, era una sola habitación, con do
ar con los vecinos -so
prisionaban sus dedos, y se colocó unas
negó con la cabeza, se llevó las
ar la cuenta del hospital, no sé qué hacer -gimoteó con desespero, miró desde la única ven
sus grandes oj
ma de conseguir el dinero -habló con la voz entrecortada, intentando mostrarse serena, pero la notici
, y Luciana se puso de p
ró sin dejar de llorar-, no sé qué va a ser de mi hijo, tengo
tura? -indagó Luciana-, es momento que
pleto, un fuerte escalo
o! -balbuce
frunció
a hablas de él
na gran boca
s labios, empezó a llorar, y luego por primera vez compartió su oscuro secreto con su amiga, nec