Mia Cohen es una importante diseñadora de interiores la cual mantiene una relación con Bruno Dallas desde hace 4 años, todo parece ir bien o al menos ella lo cree, hasta que Bruno le confiesa que ha perdido el interés en la relación, que ya no es la misma pasión que al principio, asà que le propone algo para salvar su noviazgo. Cohen jamás imaginó que la brillante idea de su novio para avivar el amor serÃa un intercambio de parejas, donde conocerá a Tara Orr y a Logan Hotman, una pareja muy particular, ya que a diferencia de ellos, a Tara y Logan les gusta divertirse y pasar el rato entre sexo y alcohol. Todo se complica cuando los sentimientos de Logan empiezan a cambiar, él le enseñara a Mia una forma distinta de ver y vivir la vida, poniendo en duda todo el amor que dice sentir con Bruno.
¿Como imaginarias que empieza una historia de amor,? esa donde se enamoran a primera vista y luchan por su amor hasta que logran estar juntos, déjame decepcionarte porque esta es todo menos una de esas historias, ya que para MÃa Cohen el amor ya habÃa tocado a su puerta, ese clip al ver al hombre de sus sueños ya lo habÃa experimentado hace tres años y fue cuando conoció a Bruno Dallas, su novio actual, el amor de su vida, pero realmente no sabÃa lo que el destino tenÃa preparada para ella.
Pero hablemos de MÃa, ella era una de las más reconocidas diseñadoras de interiores en la ciudad de Chicago, los más grandes empresarios, y gente adinerada solicitaban sus servicios para que decorara sus casas o edificios, sin contar a las celebridades que la recomendaban. Era una mujer exitosa en todos los sentidos, además de ser hermosa, con una figura que cautivarÃa a cualquiera.
La vida para ella no habÃa sido asà de sencilla, la vida le habÃa puesto varias travas. Con apenas veinte años tuvo que encargarse de la empresa de su padre, él cuál habÃa fallecido por una terrible enfermedad, ahora con veintisiete años podÃa decir orgullosa que ella sola habÃa llegado a donde estaba. Sin la ayuda de nadie, sólo su perseverancia. Para MÃa el trabajo era su vida, su mundo, todo lo que ocupaba su mente, a cada momento se la pasaba innovando, creando nuevas tendencias hasta que conoció a Bruno. Su amor fue como un flechazo a primera vista, habÃa encontrado la persona correcta según ella.
Ese dÃa habÃa ido a conocer la residencia de un jugador de Golf muy famoso, este la habÃa contratado para qué diseñará el interior de la preciosa casa con acabados barrocos, esta habÃa sido construida en el siglo diecinueve, era una casa de historia, no podÃa creer que quisiera destruirla para montarle un diseño más minimalista. Sin embargo, tenÃa que atacar órdenes, era su trabajo, dar todo de sà y dejar al cliente lo más satisfecho posible.
Ls rubia estacionó su auto deportivo sobre la acera, y dio un suspiro al admirar la casa con nostalgia, bien podrÃa ser la casa de sus sueños, si tuviera una familia e hijos, como no era asÃ, estaba bien viviendo en su pequeño departamento en uno de los edificios más exclusivos de Chicago. En seguida, Leonar la saludo con entusiasmo, pues habÃa escuchado cosas fantásticas de ella.
-Por favor pasa a mi humilde morada. -MÃa rÃo irónica, ya que la lujosa mansión habÃa sido adquirida por la cuantiosa suma de dos punto tres millones de dólares. Era todo menos humilde, pero entendió la pequeña broma-. Quiero que conozcas a la persona que me vendió mi próximo hogar, bueno después de que tú hagas lo pertinente. -Era extraño, MÃa no acostumbra a socializar, y menos con los vendedores de los inmuebles, aunque tenÃa que tener una estrecha comunicación, ya que parte de su negocio venÃa por las casas recién adquiridas. Como fuera, la rubia pensó que serÃa algo rápido, un saludo cordial hasta ahÃ.
Como supuso, la casa era mucho más hermosa que en las fotos, estaba maravillada, estaba contemplando los pequeños detalles, analizando en seguida que cambios podrÃa hacer, según el gusto de Leonar cuando de pronto se topó con un hombre mucho más alto que ella, corpulento, de sonrisa encantadora y mirada coqueta. Si, él era su tipo ideal, aunque la mayorÃa de las veces no lo dijera. A ella le encantaba la clase de hombre que se ejercitará, que tuviera buena masa muscular y el aludido, del cual no conocÃa su nombre, tenÃa cada una de esas cualidades.
-Bruno, te presento a MÃa Cohen, la mejor diseñadora de interiores de la ciudad. -Leonar sonrió al presentarla. Para Bruno tampoco pasó desapercibida, era una atractiva y sexy rubia que se habÃa sonrojado al conocerlo, eso era más que una buena señal.
-Por favor Leonar, no soy la mejor. -Trató de ser modesta, en realidad lo era, no habÃa nadie con su talento. Leonar rÃo más alto ante su actitud.
-Por favor déjame ofrecerte una copa de champán, estamos celebrando por la compra. -Sirvió una copa y se la extendió con amabilidad-. Pero déjame saber tu opinión. ¿Qué dices? -Extendió los brazos para que señalar el lugar.
-Es... hermosa. -Tomo un trago de su copa. -En lo particular la dejarÃa tal y como esta, pero si dijera eso te perderÃa como cliente. -Rieron ante su broma. En ese momento un pequeño ruido llamó la atención de todos.
-Oh, disculpen, es mi esposa. -Leonar mostró su celular, el cual estaba sonando sobre su mano y luego dio media vuelta alejándose para contestar.
MÃa se limpió con sutileza los labios y miro de soslayo a Bruno, quien la miraba sin disimulo. La atracción era mutua.
-Asà que eres MÃa Cohen. -Bruno dijo acercándose a ella solo unos pasos.
-¿Me conoces? -Él asintió con una sonrisa socarrona que dejo babeando a MÃa, ella estaba sorprendida de como sabÃa quien era.
-Eres la estrella en bienes raÃces. -MÃa frunció el ceño.
-Yo no vendo casas. -Pensó que tal vez la estaba confundido.
-No, no lo digo por eso. Mi jefe cree que si tú diseñaras o renovaras las casas ya construidas, las ventas se dispararÃan orbitalmente. -Eso le causó cierta curiosidad.
-¿Para qué compañÃa trabajas? -Bruno metió su mano en el saco de su traje y sacó una pequeña tarjeta con el nombre de la constructora e inmobiliaria.
-Empire House. -Susurro con sutileza al leer la tarjeta en sus manos. Nadie le habÃa dicho lo que Bruno, Espire House era por mucho una de las mejores empresas de bienes raÃces y hacer una alianza de ese tipo serÃa muy favorable para su empresa-. ¿Es verdad lo que dices? -Aún estaba escéptica, podÃa notar también el interés que tenÃa Bruno hacia ella, no querÃa que fuera una táctica de seducción la cual saldrÃa muy mal de ser mentira.
-¿Por qué te mentirÃa? -Dallas sonrió más ampliamente. -Si le digo a mi jefe que aceptas trabajar con nosotros y que yo te convencà de eso, estoy seguro de que se podrá muy feliz.
Bruno no mintio cuando dijo que su jefe estarÃa encantado con la asociación de las dos empresas, MÃa estaba emocionada y de verdad creÃa que a partir de ese momento todo serÃa mucho mejor. No solo en la parte laborar, sino también en lo amoroso. TenÃa que admitir que habÃa puesto los ojos en el atractivo chico de piel broceada.
-Es un verdadero gusto hacer esta sociedad contigo. -Maylo era el dueño de Empire House, era un hombre de edad adulta con exquisito gusto por la moda, de ahà venÃa el afán de enlazar su compañÃa con la de MÃa, pues tenÃa la idea que el buen gusto se tenÃa que apreciar desde todos lados.
MÃa firmó el contrato y entrelazo su mano con la de Maylo para simbolizar el acuerdo.
-Estoy muy emocionada de trabajar con usted. -El hombre asintió dedicándole una sonrisa ancha.
-Por favor Bruno, acompaña a nuestra socia a la salida. -Estaba encantado de hacerlo. Bruno miró a MÃa con sus ojos gatunos y asintió complacido.
Él y MÃa no habÃa tocado más el tema de la atracción que indiscutiblemente sentÃa entre ambos, al contrario de lo que la rubia pudiera parecer, como lo era una mujer fuerte, dominante, de carácter enigmático, en realida era todo lo contrario. MÃa habÃa creado bien la fachada de su empresa, el ser mujer ya era un problema en un mundo donde los hombres dominaban por su género, asà que decido adoptar la imagen de una mujer frÃa y calculadora en frente de todo mundo, cuando en realidad era ni más ni menos que un turrón de azúcar, que a la menor provocación se desmoronaba por completo. Nadie sabÃa eso más que su mejor amiga, Miranda, y claro, su madre, la señora Cohen.
Su padre era un hombre respetable en el cÃrculo donde se movÃa, él siempre quiso un hijo, un hombre al cual dejarle encargada la empresa, cuando Dios no le dio un varón se decepcionó demasiado y eso siempre fue como una cruz que MÃa cargo en su espalda, siempre pidiendo mucho más de ella por ser mujer, ahora en ese momento, le hubiera gustado saber que pensarÃa su padre de verla hasta donde habÃa llevado la empresa sin la ayuda de ningún hombre. Esa era la razón por la que no sabÃa exactamente como actuar cuando alguien como Bruno le atraÃa, Dallas creyó que esperar el momento adecuando para invitarla a salir serÃa lo mejor, teniendo en cuenta los rumores que la rodeaban, lo primero que imagino de su parte, fue una negativa, pero cuando MÃa asintió totalmente sonrojada pensó que tal vez todo lo que se decÃa de ella no era exactamente la verdad.
MÃa tenÃa que admitir que Bruno hacÃa mucho más que gustarle.
-¿Si? -Parpadeó unas cuantas veces, no creyó que de verdad hubiera escuchado bien y es que aparté de los rumores, MÃa era una mujer hermosa y muy ocupada para tener tiempo para una tonta cita.
-Tengo una hora para comer, asà que... -Miró el reloj de su muñeca, pero se quedó callada cuando noto la curiosa mirada de Bruno sobre ella. Por un momento se pregunto si era amor lo que sentÃan. ¿Qué decÃa? Apenas se conocÃan. Era una pensamientos tonto viniendo de ella. Esa idea la desecho de inmediato. No querÃa espantarlo con sus expectativas, definitivamente él no salir con nadie durante años le habÃa afectado peligrosamente.
-Conozco un restaurante Italiano muy cerca de aquÃ. ¿Te gustarÃa ir a comer ahÃ? -Le encantaba la comida Italiana y más la forma en que se expresaba Bruno, definitivamente era el hombre de sus sueños.
Ambos salieron del edificio y se subieron al auto de Dallas para ir a comer al famoso restaurante.
Ese fue solo el comienzo de una bonita y duradera relación o eso creyó estar viviendo, hasta que todo se tornó extraño un año antes o tal vez Bruno siempre habÃa actuado asà y no lo noto, o el amor que sentÃa por él, la cegaba duramente, todo tenÃa sentido en ese momento. Bruno no dejo entre ver sus verdaderas intenciones, él se escondÃa bajo la fachada de hombre romántico, elegante y comprensivo que lo hacÃa ver como el hombre perfecto ante los ojos de MÃa, la verdad era otra cuando ella no estaba y ahora actuarÃa asà con ella también.
Bruno era un holgazán de primera, era el hijo menor de dos hermanos en una familia humilde de la ciudad, para él, el estatus que manejaba su familia no era bien vista. El ser de escasos recursos siempre fue un problema para él, por eso decidió vivir en la ciudad, lejos de todo lo que le recordará su antigua vida, le gustaba aparentar que tenÃa dinero, que era alguien con un buen apellido y que su familia era prestigiosa. Para MÃa eso jamás fue importante, realmente le daba igual de donde viniera Bruno, que fuera o no de buen estatus económico le parecÃa irrelevante.
Paso por alto aquellas banderitas rojas que aparecieron al principio de la relación, como cuando él la invitaba a algún lugar y terminaba pagando ella, el hecho de que después de meses de noviazgo no hubiera conocido a sus suegros, alegando que siempre se encontraba de viaje, en como la manipulaba para pedirle dinero siempre que podÃa y en como el mismo tomo la decisión de irse a vivir al apartamento de MÃa, sin consultarlo primer.
Cohen estaba más que encantada, cegada por completo por el amor que sentÃa por él. Incluso pasando por alto los despectivos comentarios que le hacÃa a su cuerpo, dejándole inseguridades mucho más grandes. En su etapa de adolescencia MÃa habÃa sido una chica con un poco de sobre peso, la ansiedad la consumÃa al no ser el hijo varón que tanto quizo su padre, asà que se refugió mucho en la comida, después de años de luchar con esa enfermedad pudo por fin liberarse, poder llevar una vida más sana y por supuesto tomar la esbelta figura que hoy mantenÃa, solo habÃa un pequeño detalle, las marcas de un pasado tormentoso se quedaron impregnadas en su cuerpo, las estrÃas, celulitis y un poco de flacidez era lo que escondÃa debajo de su ropa, llegaba a exagerar respecto a como se veÃa a sà misma, como fuera MÃa era perfecta.
CapÃtulo 1 Inicio
28/10/2022
CapÃtulo 2 Novios
28/10/2022
CapÃtulo 3 Segunda pareja
28/10/2022
CapÃtulo 4 Conociéndote
28/10/2022
CapÃtulo 5 Propuesta
28/10/2022
CapÃtulo 6 Amiga
28/10/2022
CapÃtulo 7 Acepto
28/10/2022
CapÃtulo 8 Donde todo empezó
28/10/2022
CapÃtulo 9 Pareja
28/10/2022
CapÃtulo 10 Ceo
28/10/2022
CapÃtulo 11 Inseguridad
28/10/2022
CapÃtulo 12 Primera vez
28/10/2022
CapÃtulo 13 Entregarse
28/10/2022
CapÃtulo 14 Un buen desayuno
01/11/2022
CapÃtulo 15 Mensaje rojo
02/11/2022
CapÃtulo 16 Al descubierto
03/11/2022
CapÃtulo 17 Sospechosos
04/11/2022
CapÃtulo 18 Inseguridad
05/11/2022
CapÃtulo 19 Desayuno
06/11/2022
CapÃtulo 20 De compras
07/11/2022
CapÃtulo 21 Perdón
08/11/2022
CapÃtulo 22 Visita
09/11/2022
CapÃtulo 23 Familia Hotman
09/11/2022
CapÃtulo 24 Hermandad
10/11/2022
CapÃtulo 25 Noche de juegos
11/11/2022
CapÃtulo 26 Desilusión
12/11/2022
CapÃtulo 27 Verdad expuesta
12/11/2022
CapÃtulo 28 Viaje
13/11/2022
CapÃtulo 29 Un plan
13/11/2022
CapÃtulo 30 Acepto
14/11/2022
CapÃtulo 31 Celos
14/11/2022
CapÃtulo 32 te gusta
15/11/2022
CapÃtulo 33 Solo eres tu copito
15/11/2022
CapÃtulo 34 Todo a terminado
15/11/2022
CapÃtulo 35 De regreso
16/11/2022
CapÃtulo 36 Dulce hogar
17/11/2022
CapÃtulo 37 Es por MÃa
17/11/2022
CapÃtulo 38 Fantasia cumplida
17/11/2022
CapÃtulo 39 Te necesito
18/11/2022
CapÃtulo 40 Lamento decepcionarte
18/11/2022
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