En el momento menos oportuno
dejaba salir una sonrisa retorcida, llevó el
color miel hasta l
cigarro de la boca y le dio un sorbo-, es el Señor Perfecto: siempr
de mi casa -Leo soltó una carcajada ronca-. Necesita qu
cigarro- a ese no se lo foll
ven- dice que le encantaría ser la privil
rnas -fanfarroneó Anna mientras ponía los ojos en blanco-
a una potra como tú -le dio una palmada en el muslo derecho que dejaba ver su corta fald
as -gruñó la chica-,
ada más grande-, ¿a que no te gusta
salir un bufido. Ahí estaba otra vez
ica-. Por su culpa me suspendieron y la vieja de ma
ó el cigarro que cayó debajo de
te año -soltó Anna con tono aburrido-, cómo me
es ha
será para que m
a vivir junto
y posó su mirada en el joven que recogía la basura de la canch
tara mucho las clases, pero sí le interesaba el lugar donde viviría y sabía que Le
callada cuando te digo que v
e el joven que recogía la basura la
dijo-, mejor larguémonos, no sea que cor
edo a ese idiota? -solt
efutó mientras fruncía el ceño-
o de Víctor -Leo volvió a soltar
es en la cara de su novio, pero sabía que él sólo seguiría molestándola c
de repente Leo con una sonrisa torcida, r
Anna con tono serio-. Soy capaz de h
olvió a carcaje
rza su mandíbula hasta qu
ar -se levantó de la grada-
encerlo de que no es obligación casars
in del descanso y el comienzo de las clases. Anna
que gritaron de
r y vio a L
te la eche ade
aquel joven acababa de gritar aquello. Lentamente volteó un poco su mi
ase. Al llegar, caminó hasta el fondo y se sentó en el puesto que sabía nadie utilizaba, ya que desde allí no se podía
zaron a tomar sus puestos y el bul
olegio. Su madre hace un año la había cambiado de colegio en un intento
a acostumbrada a hacer: nada. El instituto San José era conocido por ser uno de los más estrictos, los horarios de estudio
ortar al presidente del consejo estudiantil, Víctor, con quien en ya muchas ocasiones había discuti
relucientes y con aquella sonrisa rosada que siempre cargaba en el rostro. Saludó a todos s
salud -informó-, pero dejó los talleres que debemos realizar y
pupitres para agruparse en binas por todo el lugar. La única que estaba sin pareja era Anna
íctor-, ¿no ha
reguntó ella respingando una ce
escolar era todo un desafío, ella a todo momento lo estaba provocando. Por su culpa tuvo varios problemas en la institución y su rutina diari
con su hoja de trabajo hasta donde se encontra
as hacer? -preguntó
demos hacerlo juntos. ¿No te gustaría tener una
dar de la silla y cruzó sus brazos mientras obs
staban un poco sonrosadas, sus pestañas largas remarcaban una mirada profunda y bas
se aire de perfeccionismo que llevaba a todas partes. Quería que t
gundo -dijo Víc
chica arrugand
mero? -Inquirió Víctor-, ha
soltó ella con desdén,
te, después bajó la mirad
xplico -dij
só Anna mientras tornaba su m
rgarita entró al salón al momento en q
iller -
ular y puso los ojos en blanco, a
ó con voz calmada, después, sali
Tragó en seco y sus ojos viajaron hasta el reloj de madera
robado la mayoría de las materias. ¿Sabes lo que eso significa,
ente el rostro alicaído de Anna, aqu
Anna, no cualquier estudiante puede ingresar en esta institución, tu madre luchó mucho para que pudieras ser admi
ocaron a la puer
informó la
-se escuchó la
rte no podía ser peor. En la mirada de la profesora Margar
rabajos -dijo Víctor mientra
etas blancas. Su rostro se veía algo pálido y cansado; Víctor era el típico estudiante que no era capaz de decir no, el mismo que
tra cosita -dijo la profesora mientr
tó el joven-
unos segundos a Anna
bién a ponerse al día con los trabajos que deba entregar... -volvió a mir
bligó a mantener un rostro calmado, sin embargo, sus o
estar de acuerdo en quedarse un tiempo extr
a el extremo del escritorio y le dio dos p
u sonrisa-, Anna quiere alzar sus notas, se va a graduar
Parpadeó dos veces y después bajó su mirada hasta sus manos, donde la bronce
tor-, ¿o tienes cosas que hacer? Mañana será el examen de química y no me gustaría que Anna tenga una mala nota,
momento- debo ir a la iglesia,
e hacer -replicó A
sas tienes que hacer? ¿Ir a verte con tus amiga
e no sabe -pr
tu tía y conozco a la p
anco, algo que aborreció
ó la mujer-, por favor, Víctor, me
on una leve sonr
ida biblioteca en la que debería estar encerrada por dos horas, d
-escuchó det
ras seguía caminando por el pasillo-, m
so esta vez -insistió Víctor-. No voy a fallar
da lo que tú quieras!
e en su brazo derecho, V
mucha seguridad-, no voy
e crees? -Bufó
inge que me pre
er algo bien, no voy a encerrarme en una
a arrastrarla en sentido contrario a la sal
-chilló Anna irritada-,
co y observó el papel frente a ella donde había
Víctor a su lado con tono s
el lápiz de la mesa, volvió a traga
e puedes,
y tomó su bolso de la mesa-,
te -la observó fijamente-. Conmigo no debes fingir, sé
bula y sus fosas nasales se abriero
rcicios de matemáticas, te irá bien en el examen, estoy seguro de ello y s
a estaba preocupada por sus notas, bueno, por lo que diría su
o. Mira la biblioteca, estamos solos, nadie s
los únicos que se encontraban en el lugar, solo acompañados por las me
caso a Víctor por primera vez en la vida. Tal vez fue su desesperad
o Víctor con un tono bastante calmado-, pregunta sin problema, la i
e notaba que estaba agotado, pero seguía sosten
cios, explicaciones; más preguntas, pequeñas d
importar que arrugara las libretas en el interior. Al sentir que el bolso detrás de ella
ó que gritaron desde la cocina-, ¡no
a-, alégrate, es
me voy a cree
o lo creas -soltó el
bello rojizo, entró a la sala con un
epasando? -preguntó c
ientras hacía mala cara, com
s! -Gritó la mujer-, ¡
a a su izquierda, no pudo retener una sonrisa, al ver que ella volteó a verlo, rápidamen
scuchó un susurro a su derec
a compañera de clases
aceptó
res de la joven que antes Víctor observaba, la
ella mientras sus meji
tú? -res
o-, mañana los chicos irán a comer al restaur
cla
relazó los dedos de
arás
espondió ella con
entonce
podía entender lo que debía hacer. Tomó el lápiz y marcó la hoja de papel con su nombre, después, procedió a resolver los ejer
de al lado, unos dos asientos arriba, estaba Víctor, quien acentuó con la cabeza con una liger
la más alta, se sentó y dejó su bolso a su derecha, lo abrió y sacó del interior una peque
plásticos que encontraba tirados en el suelo. Le parecía absurdo que el único momento que se tenía para descansa
staba enojada con él y no deseaba verlos por algunos días. Su relación con él era bastante complicada y un tanto extraña, le aburría en sob
e un brazo, alzó la mirada y vio a Víctor, el joven
verdad? -Comentó-,
e estás tomando del brazo? -
cosa -soltó Víctor-, vamos, ho
s preguntas de Anna con bastante paciencia y las horas, aunque se sintieron algo largas para la chica que no estaba acostumbrada a prestar aten
ando Víctor terminó de explica
-dijo Víctor desplegan
ijo ella mientras cruzaba sus piernas y sus
lvas a hacerlo, por
n, señor
s así? -inquirió él mientr
erfecci
olesta por
nera -explicó Anna-, claro que me molesta, así
adas si eso es lo que piensas. Sólo no me
vez, -bufó Anna- inten
discutir conmigo -alegó Víctor mos
mento se observaron fijamente y a la joven le pareció por un instante que Víctor la est