Muero por tus besos
ho de no haber tenido ningún tipo de avance que presentarle
diendo? Esto no
malos, es todo -se
o eso no justifica que hagamos mal nue
ndrá resultados po
Necesito resu
que el hoyo que se abría en su
esfo
gruñó di
abilidad, sino además, como castigo, su jefe le pidió que editara un s
do con sus malas vibras, ya que en esa ocasión se le ocurrió funcionar con una
ar menos de la mitad de las imágenes que estaban a
miso de forma implacable, como si le la
silla, con los hombros caídos y la cara es
una ojeada hacia sus compañeros. Ellos evit
ias y salían de la oficina en silencio,
medida que quedaba sola en aque
ños, pero el de ella solo estaba lleno de papeles
llevarlo a casa e intentar realizar esa noche un
de la limpieza apagaban las lámparas de cada oficina de
uz. Por eso, el camino hacia la parada de bus parecía un doloroso viacrucis
ara irse con ella, todos la habían abando
vés de la nieve que esa tarde había
grado comunicarse con ella a través de mensajes
ess. E
a, y chateando con disimulo para que su j
ej
án enloqueciendo co
sufrir
categórica, y acompañó la queja co
ma, hermanit
nsejo. Era muy fácil para otros pedirle que se relaje c
es diera noticias de su paradero a sus padres, pues quería castigarlos por la embarazosa situación en la que la había
uera una niña. Prefirió responderles con la misma moneda. Se largó del lado de ambo
Marie le envió por Whatsapp fotos de su
n su novio y con unos amigos de este, eran tan genial
mbargaba a su hermana, sin embargo, eso le recordaba que ella estaba sola, e
esándole con intensidad sobre los hombros
dad y materializarse en algún sitio lejano, donde pudiera respirar oxíg
leza, pero solo lo encontró en las luces artificiales que engalanaban los adorno
cia. Los muñecos poseían en sus rostros sus típicas sonrisas bondadosas y se man
rabia arder en su pecho. Tenía que descargar su
rsonas que se hallaban en la parada. Prefirió perderlo
paraban de la parada del Metro sería buen
uró que nadie la veía, entró en el cercado que contenía a los muñecos y
dre y a la madre, pero un grito de advertencia lanzado desde el interior de la cafetería la
distancia, luego siguió andando apresurada, pero
l realizar aquella infantil travesura alivi
ción del Metro, disfrutando de la soledad