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Omega ¿Recesiva?

Capítulo 3 3

Palabras:2159    |    Actualizado en: 30/05/2024

ue venir tan tempran

ánimo— Además, estamos yendo a consegui

s tarde, Julián —se quej

cabello de la rubia— Por cierto ¿Acaso te enco

ientras miraba su cuerpo y se palpaba— No puede s

a ¿Lo estaba haciendo a propósito? Cruzo sus brazos, abulto sus labi

gracioso

le ánimo— No

res mi mejor amigo y p

ia —la sonrisa del pelinegro creció

pensar que se estaba realmente encogiendo, aunque siempre había sido

pre le habían reca

si me lo propongo —asegu

arriesgue luego —canturreo alejándose de

ia arrugará su rostro en señal de asombro ¡No iba a vivir en esa pocilga! Miro a su amigo, quien tenía una expresión muy parecida a la suya y volvió su mirada hacia el edi

de algún robo o incluso ¡Involucrarse en algún asesinato! Lydia era débil, no mataba ni a una sola mosca y a

sa al pelinegro— No hablabas de este lugar ¿

dirección —menciono

nos —Lydia lucía asustada—

mos si tenemos la dirección correcta. Él idiota de Diego no responde

sistió— De verdad tengo

adentraban más y todo se encontraba completamente vació, empezaba a dudar que alguien viviera en esos apartamentos. Sujetaba el brazo de Julián de

Estaban en peligro? ¿Algo malo iba a suceder? Eso era demasiado posible, porque

—el pelinegro empujo a

amigo— Podemos devolve

iesita —una voz grav

e Julián, alzándola como costal de papa, veía todo al

lián, corriendo para

no, queriendo darle alguna chance

seguro de si todos eran alfas, no podía pensar con claridad, tenía miedo, estaba aterrada, quería volver a cas

o —repetía e

Mie

abían tropeza

ucha

Sus mejillas se ruborizaron al recordar lo sucedido la noche anterior, pero no podí

zó a patalear, para tratar de za

re se quejaba, mientras l

órganos, quedaría vacía por dentro ¡Moriría demasiado joven! Las lágrimas acumuladas en sus ojos tapaban su vista, no quería q

ecuestrador se detuvieron y el rostro del alfa del día an

musito— Creí que lo

a... —Lydia sol

s que pedir

negro, quien aún era un total desconocido, pero por suerte

se encontraba esposando al sujeto y De la Torre que lo cargaba como princesa, mantenía una pos

por Juli, esos tipos lo rodearon —hablo rápidame

al suelo —la voz del alfa sonó autorita

no sentía sus pies en ese momento, por lo cuál no se negó cuando el pel

thony? —alguien pr

—preguntó mirando

S

ado, iré a verificar y tú encarg

s de 10 minutos, ir

piración del tal Anthony pues este no decía palabra alguna. Cerro los ojos queriendo esfu

momentos peligrosos como es

¿

entro en una situación peligrosa ¿No t

esprevenida... Hoy vinimos a encontrarnos con un amigo de

cio como este? —cuestiono— Si quier

equivocado de dirección, se lo dije a Ju

igo? —preguntó m

su mirada en el suelo. Los tipos que lo habían rodeado, yacían esparcidos, algunos se quejaban, otros se retorcían del dolor

a! —el a

señora Bermú

ez les dio la espalda y empezó a alejarse y con una mirada triste, el pelinegro también le dio la espalda. Con cuidad

ara

cababa de perder a su mejor amigo y aunque le doliera en el alma, no podía quedarse pasmada ¿Hun

brió los ojos tanto como pudo y s

cionas como si fuera lo más normal

ra amistad y su familia, es demasiado obvio a quien iba a elegir. Supongo que pud

rtamentos —pensó por un momento— Y

—preguntó

quedarte en mi casa —repitió— Es bas

ndida— Digo apenas nos conocimos ayer y no me digas que te enamoraste a prime

egó— En ningún mom

de Anthony— No me digas que es por lo que sucedió a

cajada— No es por nada de eso —menciono con sus o

Anth

dió de lo apuesto del chico. Cabello castaño, alto, delgado, ojos color azul ¿Quien era esa preciosidad? ¿Era om

A

ire— Los policías se llevaron al tipo, Se

a como si solo existiera el alfa ¿Tan débil era su pres

n diría que utilizaban esta zo

s? —preguntó confundid

da? —pregunt

un entrometido, no hablo conti

ndo? —se acerco de mane

tengo miedo —dij

ta —ordeno e

l menciona

ia se cruzo

asa —De la Torre miro al rubio co

ál casa? —preg

tra el suelo, de manera tranquila— Con tal de

dices!

le hizo saber— ¿Será mejor que con

el castaño— No le hagas caso a este ser

pelinegro mir

in tin ¡Exacto! Ella era una omega. Observo al castaño que la miraba con odio y se retrac

mejor sonris

e ser inservible —murmuro enarcando una ce

detrás suyo y los nervios empezaron a llegar a

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