El precio del deseo
A
el aire. Me acerco a Rebecca con cautela, tratando de e
ré de que se quede -digo, intentando pro
Hanna dirigiéndose hacia la puerta, claramente decidida a irse. El recuerdo de nuestro último encue
nsa bajo mi toque, y mi corazón late con fuerza, casi con desesperación. Por un instante, noto que su d
n mi voz cargada de una ur
o mantener la calma, pero la veo lucha
ros -insisto, buscando en sus ojos al
do ver cómo reprime el temblor en su cuerpo, pero hay algo en ella que me atrae, algo que va más allá de
a verme -murmuro, esperando que la
noche de copas fue superada y enterrada -responde con
decido por el destello de hum
quisiera que empezáramos esta nueva
unca serás parte de mi vida -me dice, co
ue te quedes -insisto,
ócate en hacer feliz a mi madre, nada más -me ad
le recuerdo, con la voz cargada de una mezcla de vulnerabilidad y determin
os cogiendo
a como una bofetada de realidad. Pe
on desesperación. No había nada que pudiese llenar ese vacío que habías dejado en mi alma, en mi piel, en mis labios... -Las palabras sale
ndica que, al menos por un segundo, siente lo mismo. Pero también
se distante, pero sus palabras no son tan firmes como quisiera. También está luchando contra esos recuerdos-. No hablemos d
aprieta, pero no quie
verte. Ha hecho muchos planes para tu regreso -le pido, aferrá
í mientras la veo alejarse. No se vuelve para mirarme, y aunque sé que aún hay mucho por resolver entre nosotros, ese pequeño gesto me da la certeza de que tal vez, solo tal vez,