El precio del deseo
a mi rostro mientras no
sar. No podía pensar en nadie más con quien quisiera estar aquí -Mark me mi
r que me sienta única -digo, inclinándo
, antes de cerrar la distancia entr
os envuelve en un mundo solo nuestro. Siento cómo mi cuerpo responde a cada
noche termine -murmu
minar, Hanna- murmura
mi piel, encontrando mi calor y suavidad. Respondo con un gemido ahogado, sintiendo la urgencia en cada uno de sus movimi
mientras él recorre con avidez cada curva de mi cuerpo. Sus manos acarician la perfecta forma de mis pechos, provocando escalofríos de p
nada. Con movimientos urgentes y ansiosos, comenzamos a despojarnos de nuestras prendas, dejando que caigan sobre
, cada contacto enviando chispas de electricidad, cada susurro aumentando el anhelo hasta que no podemos contener más la explosión de nuestros sentimientos. Finalmente, agotados e invadidos p
razos, con la ropa a medio poner y el amargo sabor del arrepentimiento en los labios. Con la lucidez de la ma
sa que parece iluminar la mañana, aunque su bri
, mientras el sol asciende lentamente en el h
buscando un anclaje en la realidad para evitar e
pañuelo a su lado, donde
ndo cerca? Puedo
omaré un taxi. No me lo tomes a mal, Mark, pero lo que pasó entre nosotros fue lindo, no lo voy a nega
ando hacia el horizonte-. Bu
opa mientras mi mente aún se tambalea por la intensidad de la noche. Mientras abrocho los botones y recojo mis cos
es que encuentres. Esa mujer es muy afortunada por haberte encontrado, Mark. En verdad, lo es. Sabes cómo s
abello y lo mir
.. noso
Nunca nadie me había hecho sentir s
rar atrás, dejando atrás la intensidad de una no