El precio del deseo
A
e olvidar por un momento todas las preocupaciones. Vera y yo nos movemos al ritmo de la música, disfrutando del anonima
? -pregunta uno de ellos, un ti
on entusiasmo, mientras yo me quedo u
na chaqueta de cuero, se me acerca, ofrec
vitar sentir que algo falta. Los chicos son agradables, pero no logro conectar con
ra paso -le digo, inte
ará daño -insiste, levant
e relajarme por completo. Mientras tanto, Vera parece estar en su elemento, coqueteando abiertamente c
on el que estoy bailando, notando
con una sonrisa, aunque no es del todo cie
dice, acercándose un poco más de lo que me
incómoda. Vera, por su parte, ya se ha ido con su chico, y ahora estoy
parecida, y yo ya estoy exhausta. Decido que es hora de irme. Tomo la últ
pero debo irme -le digo al chico,
-pregunta, fru
te preocupes. Esperar
estado intentando convencerme de quedarme
mucho, y es peligroso que una chica tan hermosa esté sola por
inar sola -respondo, intentando mantener la calma mientras s
ade, y el mundo a mi alrede
rosa, mientras la sensación de mareo se int
de con una sonrisa que me parece más siniestra qu
s fuerzas, pero mis movimientos se vuelven t
mura cerca de mi oído, y el miedo me invade por completo. Mi corazón late c
mientras intento liberarme de su agarre. La desesperación me consume, y sé que te