Donde duermen las mariposas
ano
o reuniones, se quedaba hasta tarde en la biblioteca y solo se concentraba en preparar exámenes. Francis nunca supo lo que había sucedido con Jim; ella simplemente le dijo que no había fu
acer cosas impensables. Solo rogaba que se casara rápido y se ocupara de Sara; creía que así la dejaría en paz. Su rutina se transformó en u
parque o iba al cine. Se acostumbró a que los sábados tomaba un libro y se sentaba en un pequeño café a pasar la
no invitarlo a que pasara unos días con ella? Podía armar el sillón y convertirlo en cama; podrían comer juntos, charlar, o acompañarlo mientras se s
onmigo y te quedarás todo el verano, Adele -le h
era la niña de sus ojos. Lo ayudó a acomodarse para pasar esos dos días en su pequeño departamento y, como bienvenida, le cocinó pastas. Y él se sentía el rey de Java. Fuero
egados el uno al otro constantemente. Poco sabía que a su hijo se le había dado por costumbre actuar y fingir. La única que sabía que todo era una fachada para disimular era Adele. Estaba tan cansada de todo aquello; cansada de ten
él en la actitud. Saludó a su madre con un beso en la mejilla, a Lele con un movimiento de cabeza, y a su padre con un "Hola". Para Adele fue un "Hola" acompañado de un obseq
; no mostró señales de absolutamente nada y solo se dedicaba a mimar y atender a Sara. El problema para él se presentó una noche en la que Adele se reencontraría con sus amigas en un bar.
í vestida? -no o
ue le gustaba y de esconder su cicatriz. Lele la miró y también se sintió algo incómodo. Pero Francis no le dijo más que se cuidar
¿A dónde vas
es -le adv
s joven y tiene bonita f
? -le respo
ara acotar. Creyó que sería suficiente,
nzarla antes de qu
a dónde vas
ta -y su voz
ir semidesnud
para decirme lo qu
mano... -el viejo di
aba de decir. Adele había vuelto, pero esta vez, preparada para el contr
la cama; la niña estaba demostrando coraje. Pero Lucas, además de sentirse un payaso, se estaba muriendo de celos y rabia. ¿Cómo hizo pa
tomó del brazo. Con un ton
es pasarte la vida "cuidándola". -Se
n, Sara -añ
egresara. Quería ver qué cara pondría cuando lo encontrara. Hi
ebes cuidar a Lucas de Adele -se habían se
le? -fin
niña, pero es
eres deci
salir de su país, pero cuando llegó aquí, continuó con su manera de ser. ¡Pobre John! ¡Lo que padeció ese hombre por s
e no era más que una jovencita un poco tonta e insulsa, corriente. Jamás la había considerado de es
a la mesa donde estaban, y dos de sus amigas salieron a bailar, pero ella rechazó todas las invitaciones. No tenía
has visto a
her
Luc
qué pregunt
en la casa
d que se v
prometido... ¿Por qué
ado y que le había pedido su dirección. ¡De ahí la había sacado! ¡Qué desgraciado! No tenía límites ni reparos; estaba llegando demasiado lejos. Su amiga se veía tan triste; se había sentid
conseguir lo que quería? ¿Ese era el Lucas que ella conocía? No, este Lucas era una bestia. Se disculpó por él y le pidió que no volvier
rtirse, de distraerse; pero otra vez, él lo había ar
alones de la escalera, jugando con las manos, frotándose el pijama de los ner
hace
sí vestida -la señaló e h
e hayas quedado... Habl
n qu
a que te llevaste a un hote
h.
as personas piensas lastimar? Llor
lo tires a mí. -Parecía un chiste, pero se lo decía en serio. Para él, todo lo que
uyendo para después revolcarte con ese infeliz, no habría
onas con las cosas que haces? No puedes sol
cerlo el día
ue "sentía" por ella. Adele suspiró, no tenía ganas de discutir; sentía que le
iste esta noche mostrándo
.. -intentó esqui
s, ese escote ajustado, el cabello su
me pone verte así de hermos
sonó con desprecio, con r
dito no te daba asco, ¿
y subió dos escalones ant
... Me gustaba -le r
uarto. Lucas se quedó pasmado por su respues