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Un Simple Pulso Sanguíneo

Un Simple Pulso Sanguíneo

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Capítulo 1 Prólogo: Ruinas de Poder y Sangre.

Palabras:1113    |    Actualizado en: 15/11/2024

ravés de esa construcción monumental, de casi dos mil pasos cuadrados, mientras el polvo espeso cegaba sus ojos y el aire cargado de

mo la Usina Succina, antaño símbolo de poder en Puerto Bando, había caído en el olvido y convertida en un refugio de

a todo a su alrededor. Necesitaba llegar a la azotea. Era su única oportunidad. Pero antes de que pudier

Gwen! -gritó Gabi, em

da, con una mirada cargada de odio. Las vigas temblaron, vibrando con la intensidad del poder Plasmá

baja y amenazante. Dio un paso hacia Gwen, y el metal corroído

er la calma. Su cuerpo, débil y desgastado, no debería haber aguantado tanto, pero algo inexplicable en ella seguía adelante,

sobre una plataforma metálica preparándose

z goteando desprecio-. Los Plasmáticos no se hacen

lrededor de Gabi. Con un movimiento de su mano, barras de hierro corroídas se lanzaron hacia Gwen. Pero antes de que

su propia resistencia. Pero no había tiempo para celebraciones. Las estructuras que Gabi había manipulado regresaron, lanzán

eneciera. Sabía que había dejado de ser "Sanguínea"; pero

cultad. Su rostro estaba cubierto de polvo y sangre

lear contra vos -dijo con voz temblorosa, pero cargad

o. No solo necesitaba escapar; tenía que vencerla de una v

poder que te dieron -gruñó

. Plantó las manos en el suelo oxidado y, con un grito ahogado, desató una onda de choque que envió a Gabi volando, estrellándo

años para enfrentarse a situaciones como esta, y finalmente, vio que había logrado l

rvando cómo la fuerza de su oponente Plasmática se desvanecía. Aunque Gabi no sangraba, el debilitamiento en su cuerpo era

, levantó un brazo débilment

su voz apenas audible-. No sos como nosotros, pero tampoco como lo

viva no era suyo. No debería tenerlo ni haberlo usado, pero allí estaba, aferrándose a él para sobr

ándola con ojos llenos de temor. Gwen apartó la mirada y salió por l

a la libertad. Con el sol poniéndose sobre su cuerpo ensangrentado, Gwen se sintió momentáneamente invencib

ía roto, algo que no podría repararse tan fácilmente como las heridas de su cuerpo. Se tambaleó hacia la

tumbar de las olas llenó el silencio, llevándose consigo las huellas de una lucha más profunda que la física. La ca

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