Un Simple Pulso Sanguíneo
ravés de esa construcción monumental, de casi dos mil pasos cuadrados, mientras el polvo espeso cegaba sus ojos y el aire cargado de
mo la Usina Succina, antaño símbolo de poder en Puerto Bando, había caído en el olvido y convertida en un refugio dea todo a su alrededor. Necesitaba llegar a la azotea. Era su única oportunidad. Pero antes de que pudierGwen! -gritó Gabi, em
da, con una mirada cargada de odio. Las vigas temblaron, vibrando con la intensidad del poder Plasmá
baja y amenazante. Dio un paso hacia Gwen, y el metal corroído
er la calma. Su cuerpo, débil y desgastado, no debería haber aguantado tanto, pero algo inexplicable en ella seguía adelante,
sobre una plataforma metálica preparándose
z goteando desprecio-. Los Plasmáticos no se hacen
lrededor de Gabi. Con un movimiento de su mano, barras de hierro corroídas se lanzaron hacia Gwen. Pero antes de que
su propia resistencia. Pero no había tiempo para celebraciones. Las estructuras que Gabi había manipulado regresaron, lanzán
eneciera. Sabía que había dejado de ser "Sanguínea"; pero
cultad. Su rostro estaba cubierto de polvo y sangre
lear contra vos -dijo con voz temblorosa, pero cargad
o. No solo necesitaba escapar; tenía que vencerla de una v
poder que te dieron -gruñó
. Plantó las manos en el suelo oxidado y, con un grito ahogado, desató una onda de choque que envió a Gabi volando, estrellándo
años para enfrentarse a situaciones como esta, y finalmente, vio que había logrado l
rvando cómo la fuerza de su oponente Plasmática se desvanecía. Aunque Gabi no sangraba, el debilitamiento en su cuerpo era
, levantó un brazo débilment
su voz apenas audible-. No sos como nosotros, pero tampoco como lo
viva no era suyo. No debería tenerlo ni haberlo usado, pero allí estaba, aferrándose a él para sobr
ándola con ojos llenos de temor. Gwen apartó la mirada y salió por l
a la libertad. Con el sol poniéndose sobre su cuerpo ensangrentado, Gwen se sintió momentáneamente invencib
ía roto, algo que no podría repararse tan fácilmente como las heridas de su cuerpo. Se tambaleó hacia la
tumbar de las olas llenó el silencio, llevándose consigo las huellas de una lucha más profunda que la física. La ca