icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

El Demonio de la Lujuria

Capítulo 3 3

Palabras:1460    |    Actualizado en: 05/12/2024

e puse en pie-. Lo que dice no tiene el menor se

arte ni a ti ni a nadie. Está en tu interior creer o no en mis palabras. Créeme que he visto a mucha g

calmarme -, sin la más mínima i

ales. E, incluso, la existencia de

es muy difícil creer cua

e marche. Y, por favor, le pedí que no

ocaré el mal? ¿Aparecerá un de

tid

-Vickie colocó una

lmente crees en algo de esto?

irte -se encog

personas q

rían en una estafa

armonía de este lugar -advirtió

obre ti cosas con las

r -contraje los labios ofendida-.

luso con un demonio s

ecir esas palabras así, nunca sabes

re, a lo mejor así logro encontrar algo interesante en mi vida. Que

por el brazo-. Lo sentimos mucho

ó hasta la salida y subimos al coche.

Vickie observándome desde el asie

ra en que las personas como el

spiró-. Creo que en realidad, es

r tus pr

trada-. Sé que me porté como una troglodita

o hizo referencia a dos hombres,

narcó u

ninguno que

ero y el otro tu cu

para luego seguir con la vista fija en la carretera-. El caso es que

ortancia haciendo un gesto con

ho años. Incluso terminó por ped

casado contigo siend

señora plantó en

que es todo una gran mentira;

ahora

o que no.

as tonterías. Y no debo dejarme at

ormal en todas las personas casada

al cabo, llevamos varios años casa

ara que eso

egu

amabas nos balanceáramos

prendida y asustada-. ¿Qué

eso? -pregu

? -Frunci

lo que dijo. ¿

ó como si estuviera loca-. De

olo, ¿o sí? Estaba segura de

is nervios, que estaban a flor d

que la dejase en su casa y eso hic

un vaso de agua y calmar el revuel

sin razó

mis espaldas. Mi cuerpo se tensó

a todavía estaba en el trabajo. Ade

te; el ambiente

ratando de alcanzar algo con lo

obre la mía impidiéndome llegar a mi objetivo. Solté

do volteé, no vi nadie y mi

lo, pues lo había sentido y había visto es

anta. Agarré uno de los cuchillos

o, alguien pudiese saltar y atacarme de la nada. Al pasar junto a la habitación de William y la mía, noté la puerta de esta entreabie

sabía a quién me enfrentaba. Ni siquiera si eran más de uno y llevaban armas de fu

gente era salir de la ca

ta se azotó cerrándose de nuevo. Pegué un grito de terror dejando caer el cuchillo al suelo, pues no

... Esta vez canturreaba mi

recía querer salir de mi pecho. Mis manos estaban temblando y sudando en frío mie

ré hondo tratando de calmarme. Pensé que

que ahora mismo me tenía cautiva dentro de mi

lo solté, llenándome de valor. Entonces, comencé a girarme con

ninguna arma de fuego ni un objeto punzante. Sin embrago, me dejó pasmada su po

maginé; aunque no de

, aunque tenía un toque algo t

egro y sobre sus hombros una esp

r blanco. Los botones de su traje brillaban de co

ra, aunque no demasiado alta, er

n embargo, sus ojos le daban aspecto un tanto asiático. Su cabello era ligeramente largo, que caía por su ros

era ese

Obtenga su bonus en la App

Abrir