El Demonio de la Lujuria
aso en mi dirección. Retrocedí de forma instinti
s? -pregunt
unos pasos de distancia-. Si luces así de indefensa quer
ía -advertí tratand
ués de todo, tú me llamaste,
e has colado en mi casa. Eso es ilega
un dramático gesto de terror-. Mira
de coraje -, no sé quién eres, de donde vienes y mucho menos
mi mentón y acercó su rostro al mío-. ¿No tienes modales? Hablas como si me conocieras, no me gusta eso.-Su rodilla se
iedad posible, haciendo fuerza para ap
¿No has pensado en emplear un po
l pierdes todas las fuerzas y te v
ómo sabía esas cosas sobre mí? La idea de estar lidiando con un acosador
dije más calmada-. Ahora, p
-. También pondré los míos a funcionar, señorita Camill
taba conociendo ¿por qué se coló en mi casa, s
caminando hasta los asientos
utilizar? -preguntó sentándose de forma despreocupada. Pero de una forma eleg
gunté tomando asiento yo también, pero aún alerta y
o solo uno es real, mas no el que debería u
onrisa-. Bueno, ¿quiere
la mano. Dicho acto hizo que su castaño y lacio cabello cayese sobre su rostro. Es atractivo, malditament
ltado los nervios que me causa su felina mirada de
engo mucho tiempo de existencia como para ser engañado por cosas tan básicas. P
a correr de nuevo hacia la puerta. La abrí y, sintiendo el soni
s me estorbaban así que los dejé y seguí con p
erzas suficientes como para correr más de medio kilómetro hasta llegar a mi
ré alrededor atónita, aquello tenía que ser una broma de mal gusto jugada por mi mente. Tal vez estaba bajo el efecto de alguna sustan
ser eso, era
en mi campo de visión-. Gracia
ré sentado sobre la cama con su ya singular sonrisa torcida llena de maldad y burla. Decidí ignorarlo, d
o que soy
e lo seas! -exclam
difícil creerlo
que todo lo que ha pasado
rejo. Pero ten por seguro que lo que viste es solo una pequeña porción de lo que puedo ha
existes de verdad -Señalé la
ejor dicho, no quie
ja de repetir lo
e aproximadamente una hora cuando en medio
do muchas cosas, estaba enojada-. Seguramente estás compincha
a olvidado todo el numerito que montaste en su casa. Pero hay algo que debes saber, y es que hay personas como ella que n
es una bruja de verdad? -Enar
io, que con tu rencor profanaste, sí está unido al más allá de cierto modo. Es una pe
a, no quise profanar el lugar; mucho menos invocar a un demonio. Además, no
ué sí? -Rió engreído-. Pero, al f
mio te has escapado? -Me pasé las ma
n tu decisión. -Se puso de pie y agarré un florero empuñándolo en su di
ar un paso sentí algo frío sobre mi pierna. Miré hacia abajo y grité horrorizada al ver una mano esquelética sostener mi tobillo. No pasó mucho para que el
ó más fuerte y muchas más manos comenzaron a ascender por mis pier
usto en medio de un gran y elegante salón al estilo colonial. Las paredes estaban tapizadas de rojo y frente a mí había una copa plateada de vino. De pronto, d
estómago dolorosamente; además de que est
quieres ver más?
or -Pedí lastimera y se
e presentarme. -Su figura ap
lado contrario; luciendo un traje negro con una capa tan larga que llegaba al suelo. Eso me
tú? -pregunté
hos nombres. Ahora me hago llamar Rei, pero mi verdad