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El Demonio de la Lujuria

Capítulo 4 4

Palabras:1626    |    Actualizado en: 05/12/2024

aso en mi dirección. Retrocedí de forma instinti

s? -pregunt

unos pasos de distancia-. Si luces así de indefensa quer

ía -advertí tratand

ués de todo, tú me llamaste,

e has colado en mi casa. Eso es ilega

un dramático gesto de terror-. Mira

de coraje -, no sé quién eres, de donde vienes y mucho menos

mi mentón y acercó su rostro al mío-. ¿No tienes modales? Hablas como si me conocieras, no me gusta eso.-Su rodilla se

iedad posible, haciendo fuerza para ap

¿No has pensado en emplear un po

l pierdes todas las fuerzas y te v

ómo sabía esas cosas sobre mí? La idea de estar lidiando con un acosador

dije más calmada-. Ahora, p

-. También pondré los míos a funcionar, señorita Camill

taba conociendo ¿por qué se coló en mi casa, s

caminando hasta los asientos

utilizar? -preguntó sentándose de forma despreocupada. Pero de una forma eleg

gunté tomando asiento yo también, pero aún alerta y

o solo uno es real, mas no el que debería u

onrisa-. Bueno, ¿quiere

la mano. Dicho acto hizo que su castaño y lacio cabello cayese sobre su rostro. Es atractivo, malditament

ltado los nervios que me causa su felina mirada de

engo mucho tiempo de existencia como para ser engañado por cosas tan básicas. P

a correr de nuevo hacia la puerta. La abrí y, sintiendo el soni

s me estorbaban así que los dejé y seguí con p

erzas suficientes como para correr más de medio kilómetro hasta llegar a mi

ré alrededor atónita, aquello tenía que ser una broma de mal gusto jugada por mi mente. Tal vez estaba bajo el efecto de alguna sustan

ser eso, era

en mi campo de visión-. Gracia

ré sentado sobre la cama con su ya singular sonrisa torcida llena de maldad y burla. Decidí ignorarlo, d

o que soy

e lo seas! -exclam

difícil creerlo

que todo lo que ha pasado

rejo. Pero ten por seguro que lo que viste es solo una pequeña porción de lo que puedo ha

existes de verdad -Señalé la

ejor dicho, no quie

ja de repetir lo

e aproximadamente una hora cuando en medio

do muchas cosas, estaba enojada-. Seguramente estás compincha

a olvidado todo el numerito que montaste en su casa. Pero hay algo que debes saber, y es que hay personas como ella que n

es una bruja de verdad? -Enar

io, que con tu rencor profanaste, sí está unido al más allá de cierto modo. Es una pe

a, no quise profanar el lugar; mucho menos invocar a un demonio. Además, no

ué sí? -Rió engreído-. Pero, al f

mio te has escapado? -Me pasé las ma

n tu decisión. -Se puso de pie y agarré un florero empuñándolo en su di

ar un paso sentí algo frío sobre mi pierna. Miré hacia abajo y grité horrorizada al ver una mano esquelética sostener mi tobillo. No pasó mucho para que el

ó más fuerte y muchas más manos comenzaron a ascender por mis pier

usto en medio de un gran y elegante salón al estilo colonial. Las paredes estaban tapizadas de rojo y frente a mí había una copa plateada de vino. De pronto, d

estómago dolorosamente; además de que est

quieres ver más?

or -Pedí lastimera y se

e presentarme. -Su figura ap

lado contrario; luciendo un traje negro con una capa tan larga que llegaba al suelo. Eso me

tú? -pregunté

hos nombres. Ahora me hago llamar Rei, pero mi verdad

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