Mi renacer: Mi sinfonía
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de la escuela de medicina de Javier, creyendo ciegament
a carpeta oculta en su laptop
e en la calle mientras mudaba a la tu
ndo; me estaba borrando
stina, la "angelical" tutora, usaba mi bata de seda
n, un simple contacto con la influencia de
é. No s
s y le entregué los papeles del divorcio que des
as, arrastró a nuestra hija al borde de un acant
portunidad, jurando que yo era
ruina, y luego bajé la vista hacia
vier -dije, con la voz
do fuerte a mi hija, dejándolo solo en el
ítu
datorio brutal del frío que se había instalado en
o la lenta danza de los copos de nieve que co
e las 3:00 PM.
costoso, se deslizó hasta
n un zumbido, revelan
ectamente peinado; todo seguía ahí, intacto
sonrisa tensa,
Puntual, c
que alguna vez me desarmó. Ahora, se se
volví la
av
l copiloto, una in
rada recorriendo el in
ume floral barato, flotaba en e
ró la g
río del de
inmediata, pero no hizo nada para d
asfixiante. Él apretaba el vo
egunté, mi voz plana,
se relajaron
estado pregu
señora Orozco había avanzado
or una nuera que seguía viva pero que
nte extrañaba la amabilid
, con una nota en su tono que no pude desci
doctor más tarde -dije-. Es
in
so significa mucho.
ntía hueca, una actuación para
e su tarjeta
pagar
mpujé d
agué
e detuvo en
, Carmela. ¿Est
. -Mi voz f
consultando el reloj del tablero-.
las luces de la ciudad desdibujarse bajo la
dramático diseñado para pro
frente a un café familiar. Empujé la
, espera
ervaba con los
tado, de verd
con honestidad-. Y estaré a
de nieve, delicados y fríos, com
r el recuerdo de lo fácil que s
raje -dijo de repente, se
erto de polvo, yacía parcial
devolv
, y lue
queda
ó, con una extraña desesperación en
vo, Javier -dije, mi voz apenas
hora, una cortina blanca d
z rota-. No te vayas. Vuelve a casa.
una mano. La nieve ya empezaba
mis labios-. ¿Al departamento de Cristina? ¿O a su vieja h
o se des
rmela. Podemos arreglar esto. Solo... vuelv
la mirada, el encanto desespera
iferente. Esta vez,
e el nudo de la corbata, y
clavícula, al pequeño y complej
una sombra del negro vib
, tocando el tatuaje-. Esto fue por ti. Tú er
hizo. Novios en la univ
icioso, yo una bajista de corazón sa
o futuro compartido. Él sería el cirujano, yo la
. Yo iba a ser tu mayor fan. Y lo soy. Todavía lo soy. Mírame, Carm
lo miré, como si
vo la mano de mi padre, pro
e para subir la escalera del éxito, convirt
del camino, olvidó a la mujer
oz peligrosamente calmada-. Cuando le susurrabas cosas dulces a C
n sobre la clave de Fa. Su
mela, no
intrusión chillona y
r, solo e
tente. Miró la pantalla y luego a mí,
a voz a un tono sua
No, no, estoy aqu
léfono, con la
Suena an
sintiendo un pes
crujió a través del auricul
e quitarme mi bolsa. Hay una chica extraña aquí, sigue
ación. Las palabras f
arado, con la cabeza gacha,
voz quebrada-. Vuelve a casa. Solo
zón. Me
te desastre, una mujer dulce que siempr
e cuidaría de ella. Una promesa que pretendía cumpli
margura formando un
saliendo con dificultad-. I
lomó de
llevo. Podemos recoger
e, el dulce aroma flo
que volviera. No por
uevo, para apagar o
co, esta vez jugaría mi