Mi renacer: Mi sinfonía
azo de la señora Orozco, co
movimientos. Sentí una furia fría constru
ozco, no para una confrontac
co con su cita médica -declaré, mi voz c
rozco me ap
e qué hacer. Dice que no debería usar mi propia ropa. -Hizo un gesto vago haci
mujer, que siempre me había recibido en
me sus recetas, especialmente su famoso caldo
ente a ese caldo, un fantasma de co
de la sala, donde un estuche de bajo
altratado contrabajo, una reliq
lso de la música fluyendo a través de m
nces. Iba a cada presentación, gritando mi
cintura, atrayéndome cerca después de un set particularmente salvaj
a promesa, ahora se sent
te Jefe de Cirugía, derribado por
había tomado la mano de
er. Ella es demasiado
ojos llenos de lo que yo creí qu
de mi padre y su propia ambición implac
o de oro, el cirujano
renunciado a los bares llenos de h
ano, administrando nuestra enorme casa, organizando
por los suyos, creyendo
o se derrumbó. Javier, siempre
o, Carmela. Tú solo apó
mpre. Qu
e seguridad por accidente. Una alerta en mi tel
go me hizo hacer c
recostada sobre el regazo de Javier, sus labios se
había fractu
pí en su estudio, la laptop aún abierta, la
z había sido un sonido crudo,
su expresión una mezc
é estás hacien
aciéndose añicos-. ¡Esta es mi casa! ¡Mi m
re mí. Cristina, una sombra de
ca, Carmela. No
cia él, mis manos volando, desesper
agarre como hierro. Lue
el dolor agudo un eco impacta
ojos ardiendo con una furia fría
ndo, se acurrucó a su lado. Él le acarició el cabello
el opulento estudio, su secre
ían haberlo sabido. Sus miradas desviadas, sus susurros apagados, d
mordaz un extraño consuelo contra la humillación a
Un mensaje de un
que solo eras un trofeo. Yo le estoy d
a gritar, atacar. Quería exponerlos, derr
resonaron en mi mente: "Siempr
tacté a un abogado, reu
y sus conexiones, siempr
Orozco, con pelear por la custodia total de
ue yo no era
hacerlo público, exponer su i
aciones, Carmela. Piensa e
uladoras como eran,
ipulación psicológica. Tal vez era mi culpa. Ta
idando todo. Graciela empezó a evitarme, sintiendo la te
la oscuridad, mirando al techo, un pensami
dio de Javier. Lo había encontrado mientras b
eta oculta. Documentos financieros. Co
que permaneciera dependiente de él después de
fiel; era malicioso. No estaba solo abu
a expuesta en blanco y negro, arrancó los últim
spertar f