De la prisión a su perfecto arrepentimiento
/0/21343/coverbig.jpg?v=91b488019b74cacb5d8d82f3bc10f1bf&imageMogr2/format/webp)
libertad para salvar el impe
n su lugar, encontré a su asistente vivien
eva crisis, no buscó mi apoyo: me s
el hotel más exclusivo de la ciudad
ras Candice, la mujer que orquestó mi caída
mputadora fue borrada, su másca
ciego ante el verdadero enemigo
. Simpleme
calle sin él, que estaba tir
recluso que me había protegido a
nalmente había encontrado las grabaciones d
ó, con la voz quebrada-. Incluso le daré un trab
e una cuna para nuestro hijo no nac
tu dinero,
todo lo que
ítu
vista d
dome por qué mi esposo me había abandonado a mi suerte. Ahora, el viento helado de las afueras de la ciudad rasgaba mi ropa delgada, golpeando mi cara con aguanieve. Sentía como si el mundo estuviera tr
e tramo de carretera olvidado por Dios, se detuv
ble, esa misma sonrisa encantadora que solía hacer que mi
a un retumbo bajo y ensa
algodón de azúca
de uso, por años de contenerla-. Porque llamé. Mucho
stremec
s ojos, buscando un destello de remordimiento genuino
. Viajes de negocios. Protegerte de
an duro. Secas, rancias
sinceridad-. Cinco años de silencio. Dime, ¿fue difícil para ti orquestar eso? ¿Asegurarte
lado, apretand
e manejara mi agenda. Ella m
ueca de asco sin mi permis
Por supuesto
pero no podía tocar el hielo que
cidentalmente" cada uno de mis intentos desesperados por contactarte? -pregunté, el sarcasmo era tan espeso qu
pero lo detuve le
maba ciegamente. La mujer que entró en esa prisión
riendo el mundo con una manta blanca y engañosa. Hacía frío. Tanto frío. Y por primera vez en mucho tiempo, sentí una especie de cla
orprendentemente firme-. Vamos
entrar todavía-. ¿Crees que un asiento con calefa
tenía que ir con él, por ahora. No tenía a dónde más ir. Pero le