Su perfecta receta, mi traición real
a P
ntrolablemente, pero el frío exterior no era nada comparado con la desolación en mi corazón. Las lágrimas se mezclaban con la lluvia, indistinguibles, un testimonio silencio
do de que tuviera la última tecnología, pero en este momento de crisis, era inútil. La pantalla n
mentaba, un eco cruel y burlón de una promesa rota. Lo había dicho tantas veces, con sus brazos envuelto
las calles inundadas. Me rozaban los pies, ralentizaban mi progreso, cada paso una lucha. Me los quité,
mecida de dolor. La lluvia finalmente amainó, reemplazada por una llovizna helada. Entonces,
l duro resplandor de las luces fluorescentes atravesaba mis párpados. Estaba en una camilla, siendo llevada rápid
rgencia, el Sr. Nash", dijo una voz femenin
do. Damián. Vendría. Tenía que hacerlo. No podía
e Damián. "¿Dora? ¿Un accidente de coche? ¿En serio?". No había preocupación, ni pánico. Solo irritación. "Díganl
illón de fragmentos microscópicos. El dolor en mi pierna, el latido en mi cabeza, se desvanecieron en la insignificancia en comparación c
era, su voz llena de lástima. "Necesitamos
bendita in
años, tratando de entender un smartphone, dejándolo caer repetidamente. Damián había estado allí, su
de la mano, su pulgar trazando patrones en mi piel, haciéndome sentir querida, segura. Recordé nuestro primer beso, tentativo y dulce, bajo el respland
sonrisas se transformaron en el brillo frío y calculador que había visto en sus ojos en el restaurante. Su tacto, una vez reconfortante, ahora se sentía como una violación. Todo. Cada momento,
ada en un yeso, pesado y rígido. La habitación del hospital era luminosa, estéril, un marcado co
un crujido, y entró Dam
cuadro de preocupación. Me tomó de la mano, su tacto fresco y sorprendentemente
n. Parecía... molesto. No pre
n, volviéndose hacia él, su voz firme pero suave. "Dejarla b
ojos, rápidamente reemplazado por la irritación. "Bien. Dora, lamento que te hayas lastimado. Fue... un accidente. No tenía la intenc
onsecuencia de tu desafío, Dora. Debes entender eso. Arleen es importante para mí. Más import
ro golpe. Se sentía como un pozo seco, incapaz de conten
podrías tener hambre, querida", dijo, su sonrisa empalagosamente dulce. "Elegí todos tus
legó a mí. Se me revolvió el estómago. "No", sus
¿Y ahora qué, Dora? ¿Vas a ser difícil
a", dije, mi voz tensa. "So
, una fugaz mirada de sorpresa en su rostro. Damián parecía
Damián. Lo descubriste hace años, cuando lle
obre mí, algo que podría haberme llevado a la sala de emergencias si no me hubiera dado cuenta. El hombre que decía
es lo que era. Debo haberlo olvidado por completo. ¡Qué desconsiderada de mi parte!". Su disculpa sonaba lo
ucho estrés últimamente, cariño. Ya sabes, con la enfermedad de su madre y todo. Su mente está en cosas más importantes". Tomó la man
e para mí. "¿Por qué?", pregunté, la única palabra un susurro crudo que cortó el silenc
ue", dijo, su voz firme, sin dejar lugar a dudas, "moriría por Arleen.
imiento por mí, fueron el último clavo