La Heredera Oculta: Traición en el Campus
Eva
pió en la habitación, sus rostros sombríos. Santiago los siguió, sus ojos como trozos
Su voz era baja, peligrosa-. ¿Tod
frío y agudo, me atravesó. Los hombres ya s
endo esto? -Mi voz f
desprovista de cualquier calidez-. Cada dispositivo. C
bres agarró mi
¡Det
y luego estrellada contra el suelo. La pantalla se hizo añicos, una telaraña de grietas extendiéndose por su superficie. El sonido reson
lágrimas corrían por mi rostr
a, mis discos duros externos, incluso mi teléfono. Cada pieza de tecnología que co
r limpiando suavemente una lágrima de mi mejilla. Fue un
pero escalofriantemente desprovista de remordimiento-. Nadi
tó la res
palabras fueron una amarga acusa
nteniendo una extrañ
Eva. De verd
aparatos electrónicos destrozados, recogiendo los pedazos rotos de mi laptop. Intenté volver a unirlos, un inten
go y yo. Riendo. Felices. Una foto de los primeros días, antes de las mentiras, antes de Camila. Mi mano tembló. Recordé el video que le había
rompiendo la última pieza intacta de la pantal
é a la habitación vacía-. O
aduación. Camila era la protagonista. A mí me dieron el papel de l
l perfec
es dije, con voz t
mis sueños rotos. Escribí un breve mensaje a Santiago, un adiós final, y lo envié a su antig
ocumentar, un pánico repentino se apoderó de mí. El relicario de mi abuela. El
nquilo, desierto. Justo cuando llegué a mi dormitorio, un golpe repentino en la nuca