El científico que él borró regresa
sta de Elen
l en mi mandíbula y me ofreció una bolsa de hielo. Alonso, después de que le vendaran el brazo, ya estaba de vuelta en su teléfono, d
, Elena -dijo, sin levantar la vista-. Karla y yo necesit
e recibir un golpe por mí, y su preocupación inmediata seguía siendo los datos, seguía siendo Karla, segu
o, Alonso -dije
por supuesto, debía asistir. Y como su -ex prometida, actual subordinada- también se me exi
en la mesa principal, era una pieza central deslumbrante. Su risa, brillante y desenfrenada, flotaba por la
stimado Profesor Ala
llante protegida, la Dra. Gamboa. Todos apostamos por una asociación espectacular, tanto científic
que se extendía por mi piel. Estaban abiertamente, públicamente, emparejándolos. Y yo estaba sentada
o bonito y artístico. Miró
olaboraciones emocionantes planeadas. Muchas noches largas en el laboratorio, estoy segura
mirada, usualmente fija en algún horizonte inte
o. La Dra. Gamboa y yo compartimos una sinergia profesional, nada más. -Su tono fu
una sombra momentánea de dolor cruzando su rostro. R
u salida un poco demasiado abrupta. Alonso,
a. Rara vez dejaba una conversación
estallaron a
sperado -susurró al
¿por qu
Profesor Dávil
-Sus ojos, usualmente agudos con la investigación c
a-. Solo un día largo. -Quería derretirme en el
r desapercibida. Pero al pasar por la entrada principal, un vistaz
ando. Alonso, rígido como siempre, tenía la mano en su brazo, un gesto de consuelo torpe. Ella lo miró, sus ojos brilla
bajando su cabeza, y lo besó.
abía rechazado la sugerencia de nuestro mentor de una asociación romántica momen
a única vez que lo había besado, años atrás, después de un triunfo científico particular, se había puesto rígido, sus labios s
su rostro. Levantó la vista, sus ojos recorrien
Sus ojos, usualmente tan opacos, contenían un destel
día seguir con esto. No podía ver esta lenta y agonizante recreación de
urmullo bajo, atravesó
ente seguí caminando,
atrás, las palabras sintiéndose co
un consuelo, parecían burlarse de mí con su brillo indiferente. Llamó a mi puerta uno