Guardaespaldas
noche no dormí, estuve en el suelo sentada contra la puerta, atenta, en caso de que entrara a busc
porreando mi puerta, abre -y solo entonces me doy cuenta de que t
s si no me pagas
si recién hace dos dí
me vas poniendo de rodill
sumisa, luchando contra la repulsión que invadía mi cuerpo, lo dejo besar mi cuello y jus
un poco de ropa y huyo, dejando ahí lo único que tengo de mi madre. Camino durante horas sin saber
mpoco dormí, la pasé en una banca pens
fé, debería sentirme feliz de haber escapado, pero más que eso, lo
i tentada a decirle que sí y dejarlo tomar mi virg
lleras rubias, por buenas tetas y caderas generosas. Siempre me ven en la calle, pero nunca
que un auto iba en reversa y que su