Eiza... La venganza de la dimensión
nta Amaia dándome un fuerte abrazo en la puerta d
ío apretando los papeles en
lverte a ver, sentir lo mucho que lo amas aún y va a creerte -me dió dos besos en las mejillas y otros dos a mi pa
o esperanzada,de que al menos en mi soledad
mensión, solamente Amaia había sido mi consuelo. Me había contado tanto de su vida e
a como llevaba días haciendo, empujando mi maleta de ruedas en dirección
ó en medio del salón de cirugías, y gritó a toda su familia que eran un engaño total y me dijo que mi hijo muerto, no era su
os dos, que son la única esperanza de recuperar al Adam de antes. Al Adam de Amaia. Al Adam de todos los Douglas que han pedido mi ayuda para traerlo de regreso y que saben, que mientras no averigüe qué pasó con mi hermano
visitarlo
aran para salir para lo que sería mi destino. Incluso
sí -determi
o internado en un psiquiátrico unos días antes, pues aún no podían determinar que le sucedía y si Amaia no estaba presente se ponía muy agresivo. Había encontrado en ella una
conozco a mi hijo y a su padre
e ya me esperaba en el jardín de la casa de Amaia, para llevarme al aerop
hé detrás de mí y respondía a un error con las dinamitas que habían puesto los agentes, deja
tes de entrar al salón de operaciones, a examinar mi estado mediante una pequeña intervención que no afectó a
ontraron a mi tío muriendo y este les dijo cosas que no sabía todavía, y entre ellas que yo no era su hija, como alguna vez llegaron a pensar
ocura y cada cosa que había dicho en aquel lugar, al que hoy volvía por voluntad propia y ansias de venganza. Su presencia en mi vida era el principal indicativo de que no podía volver a dar nada por sentado ni a crees q
el lugar, para poder cumplir mis metas y para eso, contaba con la ayuda de Vicki, Johnson y R
a chico del taxi y poco a poco dejé d
lido en los ultrasonidos que vinieran dos bebes, y a pesar de las veces que su marido los había hecho, nunca escucharon siquiera dos latidos. Eso fue parte de lo que Carter me contó, y puso como excusa
dió la conciencia por el esfuerzo y hasta ahí llegaba su historia. Lo demás lo tendría que contar Aidan que estaba en paradero desconocido y solo mandaba mensajes a su mujer, diciéndole que había una explicación para
no más que ostentaba el apellido de su abuela, quien lo había criado y tenia dos enormes empresas bajo su tutela legal. Era muy extraño todo. Para las mellizas aquel chico, era solo un es
el hospital, había cremado a su madre y pidió ver el momento exacto en que el cuerpo entraba
i propia mente cuando noté que
espera estaba, cuando me sentí observada y así confirmé que era.
los ojos más azules que había visto jamas y ni siquiera los de Adam eran así de azules, había algo familiar en su color de ojos y él sabía que lo estaba notando, así como quería que lo hiciera, porque se había bajado las gafa
uiñó un ojo, r
mismo sitio que yo, y que tambié
lado s
é estab
te sería sobre todo, aquel hombre en mi vida?..