Eiza... La venganza de la dimensión
simple palabra m
a sentía. Aquel hombre que me abrazó en la ducha, que me tocó con amor el vientre y
bía que estaba confundida
Dio
, como dolía verlo tan perfecto como siempre y tan cerca, desnudo y mirándome con la ternura de todas las otras veces que me vió antes del caos que supuso para no
su pecho y ponerme a su altura abrazándome con fuerza, la fuerza con la que Adam me amaba -joder, que manera de gustarme tu ol
Eiza, bésame que me muero de ganas. Vam
blarme que me convencía. Corría el riesgo de equivocarme pero no creía que fuera el acaso,
o rozó mi entrada y sus manos fueron hasta mis nalgas para apretarlas y llevarme todavía más cerca de él. Estaba duro y listo y yo, yo estaba hambrienta de que me hiciera
re mientras mis manos se subían por encima de mi cabeza buscando un punto de apoyo que no encontré. Mis piernas se aferraron a lo alto de su cintura y mi sexo quedó
or favor
y terminé prácticamente sentada en sus antebrazo
re mi clítoris, me mordí los labi
as no hacía y yo estaba sintiendo las p
mi feminidad,calentándome más todavía y volvió a hundir la lengua en mi sexo arañando la vuelva con los dientes y subiendo mi temperatu
uedo m
ro del otro y ambos con las bocas abiertas por la lujuria y la sensación asombrosa de sentirnos en nuestro lugar feliz. Nuestro sitio en el mundo. Nuestro espacio solo de los dos. Él dentro de mí, y yo aferrándome a él. Quietos con sus man
ciendo círculos suaves y volviéndome loca -no pude más, tenía q
abría la boca extasiado, observando nuestros sexos com
trás, cuando me alcé otra vez y gimoteé de placer antes de dejarme c
upó con furor en mi boca y nos suspiramos den
iendome de su cuello para soportar las brutales acometidas que me empezó a da
provocando un frenesí sexual indescriptible. Cada caricia brutal me hacía recordar el amor que nos teníamos y sentía
con tanta fricción entre nuestros sexos, Adam metió la mano entre los dos y tocó mi clítoris, s
o la lengua con fuerza dentro de mí, arremetió con velocidad para hacerme llegar a un rapidísimo y segundo orgasmo, compenetradolo con el s
su cuerpo y me costaba tanto respirar, que me tuve que reír en
ún estaba abierta y me acomodó contra los azulejos,
ha sido estar sin tí,
e a mi vientre y abrazó mis caderas, dej
contra mi abdóme
uerubines,
rompí a
hijos luego de todo lo que hab
no gritar de dolor y así, con ellos hablando, lloré a mi hijo muerto en brazos de su padre -a su hermanito. Pero mamá y y
los suyos y en aquella ducha, con sabor a nuestra historia, m
adelante. Yo te lo juro por mi v
con el que me sentía libre, mía aún siendo suya. Adam
esarnos y volvernos a b
ándome en la punta de la cama, en albornoz y secando mi pelo con una t
as que nunca me dijeron pero a raíz de eso empezaron a preparar un complot pa
es de tiempo, aún no sabemos quién, y tuvimos que a
dije aquellas atrocidades que eran parte de un plan que sabían que yo no llevaría a cabo porque nunca te podría decir cos
e no me acostaría con Melina y no dejaría nunca que hicier
cuello? -pregunté acercándome a él,
a y mi hermano oculta la suya, los ojos s o n lentes... los dos los usamos. Él necesita hacerse pasar
a buscar un cepillo entre mis cosas para desenredar mi cabello -ustedes no
iendo las manos por dentro de mi albornoz. Era puro fuego -mi tío se encargó de meterte ideas en
a través del esp
bando de Adrian para tener acceso a lo que él hacía y que pa
reería que estaba allí para mantener la herencia de mi tío y por otro
manipulado
ermano en el pasado Adam?, e
ay una gran parte de la historia que aún no te cuento, nena, así como otra en
lo hacia un costado para besarme el cuello
con Adrian y de momento, va todo bastante bien. L
ónde esta
para que Adrian crea toda la historia de nuestra parte y no la de Leticia. Mi padre
subirme en ella y meterse entre mis piernas, arrancandome el albornoz de u
ro que no sea yo, y en la playa, viendo como sufrías porque me creías indiferente no pude. Tuve que decírtelo todo, así como tengo que decirte, que no cenarás con ese tipo hoy... -se me